Plumas NCC | Hacer visible lo invisible

Por: Paola Gordon Luna (México-Panamá).

 

Cada 22 de marzo dedicamos el día a reflexionar lo importante que es el agua en nuestras vidas, concienciar a la población respecto a las implicaciones sociales, económicas y ambientales de su uso, las tareas pendientes para incrementar el acceso al agua y el saneamiento seguro, así como también, la importancia de devolver las aguas residuales de las actividades humanas en una calidad aceptable al medio ambiente.

Este 2022 la Organización de las Naciones Unidas nos recuerda la importancia de las aguas subterráneas, aquellas aguas que se encuentran debajo de la tierra y que generalmente no vemos, como es el caso de ríos, lagos, riachuelos, etc.  Las aguas subterráneas constituyen aproximadamente el 24.5 por ciento del agua dulce disponible en la Tierra. El abastecimiento de agua de millones de hogares en el mundo depende de las aguas subterráneas, así como también, la producción de gran parte de nuestros alimentos.  

Este año se busca visibilizar las aguas subterráneas porque muchos de los acuíferos que abastecen a la población están sobreexplotados, es decir, se extrae más agua de la que se infiltra, se encuentran contaminados por las actividades humanas que suceden en la superficie de la tierra o son mal gestionados, ocasionando otros problemas como la infiltración salina. En México, según datos oficiales el 39 por ciento de los usos consuntivos del agua provienen de una fuente de agua subterránea, por lo tanto, existe gran dependencia de estas fuentes.    

Las aguas subterráneas se obtienen de los acuíferos mediante bombeo y pozos.  Extraer el agua para las actividades humanas requiere grandes volúmenes de energía. Las ciudades pueden reducir su consumo de energía a través de medidas como la conservación de las fuentes hídricas, pues si no se mantiene un equilibrio entre el agua que se extrae y el agua que recarga el acuífero, cada vez habrá que bombear el agua a mayores profundidades, lo cual implica el gasto de mayor energía. 

Otras medidas incluyen la prevención de pérdidas de agua, ya sea en las redes de distribución o en los hogares, el mantenimiento y la reparación de las redes de alcantarillado para evitar que las aguas residuales se infiltren en los acuíferos y terminen contaminándolos. 

Gestionar adecuadamente los acuíferos y establecer medidas de conservación del agua contribuyen a reducir la contaminación del aire, ya que la combustión de los combustibles fósiles, para la producción de electricidad requerida para bombear el agua, provoca la emisión de dióxido de carbono, dióxido de sulfuro y óxido de nitrógeno, dichos contaminantes contribuyen al smog, la lluvia ácida y partículas suspendidas en el aire que pueden causar problemas respiratorios a muchas personas.

Esto significa que al cuidar y manejar adecuadamente las aguas subterráneas también contribuimos a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.  Además, estas medidas también pueden contribuir a reducir los costos energéticos, que en muchos casos representan entre el 30 y el 45 por ciento de los costos de operación de un organismo operador de agua.  

Aún se conoce poco de las aguas subterráneas, por lo que se requiere realizar más investigaciones que contribuyan a su mejor uso y conservación. Esto incluye sus formas de yacimiento, difusión, régimen, reservas, interacción con suelos y rocas, propiedades físicas, químicas y bacteriológicas entre otros.  Conocer mejor nuestros acuíferos nos permitirán mejorar las medidas de su aprovechamiento, así como también incrementar y mejorar el acceso a agua segura. 

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Pao­la Gor­don Luna especialista en gestión de recursos naturales. Tiene estudios en Biología y en Manejo de Proyectos en la Universidad de Panamá y en la Universidad de Utah. Es Maestra en Ciencias en Manejo de Recursos Naturales por la Universidad de Guadalajara. Actualmente, en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoya a los gobiernos brindando asistencia técnica para mejorar el desempeño y la eficiencia de los sistemas de agua potable y desarrollar estrategias de planificación hídrica.