Por: Camilo Cortés-Useche (Colombia).
Antes de desembarcar en las aguas del Caribe, el buque estaba lleno de cofres cargados de valentía, también habían barriles enteros de bebida capaces de saciar la sed de aventura de esos revolucionarios del mar que ansiaban llegar a las Antillas. Sin embargo, en la costa se divisaba una densa niebla que hacía pensar en malos augurios.
Después de lanzar anclas y amarrar cabos al puerto, una tropa al servicio de la Corona de su Majestad arribó impetuosamente. El supuesto botín era la soga para un viejo filibustero con parche en el ojo, barba deslustrada y salvaje reputación.
Con la brisa soplando fuertemente detrás de la vela mayor junto al mástil apareció un hombre totalmente diferente: joven de espíritu, visionario y con gran energía, además de una barba exigua y sus dos ojos bien clavados en tierra firme.
Sus palabras al salir del navío y para sus adversarios fueron en favor de la libertad, con gran paciencia alentó a su tripulación al resguardo del polvorín, así como, al consejo de no caer en el amotinamiento y la deserción que incitaban aquellos soldados en nombre de la reina.
Contrario a la insólita realidad de piratas, corsarios y toda turba de oportunistas, el leal cabecilla de este buque se dispuso a dejar una sincera utopía de pensamientos en esas tierras, atraído por la vida en el mar quiso concretar navegando junto a otras naves aliadas y en otros casos enemigas, su conexión real con los océanos.
Esta historia en aguas Caribeñas me lleva a navegar por otras islas antillanas, en este caso Saint Kitts y Nevis, donde hace unas semanas navegantes de varios países del Caribe se reunieron para la 40ª Reunión Científica de la Asociación de Laboratorios Marinos del Caribe (ALMC).
El evento de cinco días de puerto seguro, invito al debate entre profesionales de todo el mundo centrados en temas críticos como el brote actual de enfermedades de los corales, los esfuerzos de restauración de los corales, la floración de sargazo, el uso de la teledetección y otras técnicas para la ciencia costera y marina, el desarrollo costero sostenible y la conservación marina.
Además, la conferencia sirvió como una oportunidad para poner en contacto a estudiantes, científicos dedicados, responsables políticos, profesionales y otras personas interesadas en las ciencias marinas de la región a unir esfuerzos.
La ALMC fue fundada en 1957 por investigadores marinos interesados en las ciencias marinas del Atlántico tropical y el Caribe. Fundada principalmente como una organización científica, la fuerza de la ALMC radica en la diversidad de sus laboratorios miembros y la amplia experiencia de sus miembros.
La historia de este navegante en tiempos revueltos quedará acá escrita, porque aquel nauta quiso dejar el miedo de vivir sin ilusión arropado por una densa niebla y mejor arriesgarse a una vida de libertad.
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Camilo Cortés es biólogo Marino. Maestro en Manejo de Ecosistemas Marinos y Costeros, doctor y post doctor en Ciencias Marinas. Su investigación en el área de la ecología marina en la República Dominicana le valió el reconocimiento del “Premio Dr. Alonso Fernández González 2020” a las Mejores Tesis de Posgrado del Cinvestav en la Categoría Doctorado. Forma parte del movimiento Wave of Change del Grupo Iberostar, como Coastal Health Regional Manager, donde trabaja en la salud Costera en la región Caribe, llevando a cabo investigación científica.
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