Du­rruty de Alba

Plumas NCC | Recuperar el cielo oscuro

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Por: Durruty de Alba (México).

¿Has mirado hacia el cielo nocturno recientemente? El Universo ha ido desapareciendo de la vista; la vista que tenían nuestros antepasados ya se ha ido para muchos. El problema es el brillo del cielo urbano, el resplandor anaranjado y brillante que se cierne sobre la mayoría de nuestras ciudades, en gran parte debido al mal control de la iluminación exterior.

David L. Crawford;

“Light Pollution – Theft of the Night” en The Vanishing Universe: Adverse Environmental Impacts in Astronomy, Cambridge University Press, Cambridge-New York-Melbourne 1994, p. 27

 

El transcurrir de la vida dentro de las ciudades y la gran cantidad de actividades pueden ser un factor que nos ha alejado de la contemplación del cielo nocturno, aunado ello también incide la iluminación artificial que al multiplicarse indiscriminadamente y sin los cuidados adecuados nos ha restringido o de plano eliminando la posibilidad de apreciar las maravillas manifiestas en la bóveda celeste.

Auspiciada por la International Dark Sky Association (IDSA, por sus siglas en inglés) se realizó entre el 15 y el 22 de abril pasado la Semana Internacional del Cielo Oscuro con diversas actividades alrededor del mundo con las cuales se compartió la visión de la IDSA de que “el cielo nocturno, lleno de estrellas, se celebra y protege en todo el mundo como un patrimonio compartido que beneficia a todos los seres vivos”.

Foto: International Dark Sky Association

De alguna forma una consecuencia de las preocupaciones planteadas inicialmente por quienes bajo el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), el Consejo Internacional de Uniones Científicas y la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) se reunieron en París, Francia del 30 de junio al 2 de julio de 1992 en la conferencia cuyas memorias se publicaron bajo el título de The Vanishing Universe: Adverse Environmental Impacts in Astronomy.

Foto: D.J. de Alba M.

Los trabajos ahí presentados, organizados en cuatro partes más un apéndice con reportes específicos e instrumentos legales implementados en algunas regiones cubren desde “El impacto de la civilización en la ciencia de la astronomía”, la contaminación electromagnética tanto en longitudes de onda ópticas como de radio y “Los efectos de la basura espacial”.

Luego del prefacio en tales memorias aparece la Declaración sobre la Reducción de los Impactos Ambientales Adversos en la Astronomía signada el 2 de julio de 1992 como uno de los resultados de dicha reunión, algunos de sus puntos precisan a los organismos y gobiernos involucrados: “utilizar todos los medios a su alcance para ayudar a la ciencia de la astronomía; preservar los mejores sitios de observatorios astronómicos mediante la protección adicional de la designación como sitios del Patrimonio Mundial”.

Quien esto escribe tuvo oportunidad de tomar un breve pero ilustrativo taller dirigido por la doctora Connie Walker, científica asociada y especialista sénior en educación científica en el National Optical Astronomy Observatory norteamericano, durante la Communicating Astronomy to the Public Conference realizada en Fukuoka, Japón el año de 2018 sobre la preservación de los cielos oscuros.

En esta se realizacon ejercicios y ejemplos muy claros integrados al denominado Quality Lighting Teaching Kit los participantes en el taller dirigidos por la también miembro (desde 2014) de la junta directiva de la IDSA nos percatamos de la posibilidad de recuperar los cielos oscuros incluso en las grandes ciudades al utilizar la iluminación adecuada y se pueden incrementar las condiciones de seguridad al no ser las personas deslumbradas por fuentes luminosas inadecuadas además de lograrse un ahorro considerable de energía eléctrica.

Otra vertiente del tema es precisamente la preservación de los cielos oscuros en las inmediaciones de los observatorios astronómicos; en México se logró para el caso del Observatorio Astronómico Nacional ubicado en la sierra de San Pedro Mártir en Baja California la promulgación en la legislatura estatal así como en reglamentos municipales de la popularmente denominada como “Ley del Cielo.

Dichas experiencias han quedado registradas en el libro El derecho a los cielos oscuros editado por la oficina en México en la UNESCO, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), la Academia Mexicana de Ciencias y el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), material libremente consultable en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000246131 

Foto: UNESCO México

Recuperar los cielos oscuros puede hacer que se revaloren las comunidades al recibir la certificación de “comunidad internacional de cielo oscuro”, como en el caso reportado por la IDSA en el comunicado de prensa fechado el pasado 18 abril para la población de Bee Cave, Texas en las inmediaciones de Austin donde gracias a la declaración se “evitará que la luz artificial dañina se emita en las áreas ambientalmente sensibles. Al igual que las abejas, la reinita de mejillas doradas, una especie en peligro de extinción que se encuentra cerca de Bee Cave, puede verse afectada por la iluminación artificial en el desarrollo residencial y comercial”.

Otra posibilidad es que las comunidades que reciben dicha certificación pueden volverse sitios de interés para el llamado turismo astronómico propiciando así procesos en los cuales las comunidades además de recuperar las bellezas del cielo nocturno lo pueden convertir en factor de desarrollo económico.

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Du­rruty Je­sús de Alba Mar­tí­nez  es li­cen­cia­do en Fí­si­ca ads­cri­to al Ins­ti­tu­to de As­tro­no­mía y Me­teo­ro­lo­gía (IAM) de la Uni­ver­si­dad de Gua­da­la­ja­ra (UdeG), de­di­ca­do a la di­vul­ga­ción e his­to­ria de la cien­cia. Des­de 1990 es­cri­be so­bre di­chos te­mas en dis­tin­tos me­dios de co­mu­ni­ca­ción de Ja­lis­co, Mé­xi­co. Es miem­bro de la So­cie­dad Me­xi­ca­na de Fí­si­ca, The Ame­ri­can Phy­si­cal So­ciety, la So­cie­dad Me­xi­ca­na de His­to­ria de la Cien­cia y la Tec­no­lo­gía, del De­par­ta­men­to de Es­tu­dios His­tó­ri­cos de la Ar­qui­dió­ce­sis de Gua­da­la­ja­ra y de la Red Me­xi­ca­na de Pe­rio­dis­tas de Cien­cia.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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