Por: Mtro. Rodolfo Guerrero Martínez (México).
El presente artículo se enfocará en los aportes establecidos por Microsoft Corporation y Singapore Academy of Law (2024) por medio del documento intitulado Prompt Engineering for Lawyers.
La liberación de la eficiencia jurídica con la Ingeniería de Prompts
La promesa de la IAG de revolucionar la profesión legal reside en su capacidad para actuar como un copiloto inteligente, capaz de incrementar significativamente la eficacia y la eficiencia de los abogados.
Tradicionalmente, la aplicación de la IA en el derecho se había centrado en el análisis de datos, la predicción basada en información histórica o la búsqueda exhaustiva en vastos repositorios de conocimiento legal. Aunque estas herramientas han demostrado ser valiosas en la automatización de tareas como el discovery, la diligencia debida y la gestión contractual, la IA generativa abre un horizonte de posibilidades sin precedentes para la innovación en el sector legal.
Su capacidad para automatizar el trabajo rutinario permite a los abogados redirigir su atención y recursos hacia tareas de mayor valor estratégico, como el asesoramiento especializado, la construcción de relaciones sólidas con los clientes y la aplicación de su pensamiento crítico y perspicacia comercial.
En ese sentido, la evidencia sugiere un impacto tangible, con abogados de Microsoft demostrando un aumento del 32% en la rapidez de sus tareas y una mejora del 20% en la precisión al utilizar herramientas de IAG.
Sin embargo, la verdadera llave para desbloquear este potencial transformador no reside únicamente en la sofisticación de los modelos de IA generativa, sino en la habilidad del usuario para interactuar eficazmente con ellos. Es aquí donde la ingeniería de prompts o de instrucciones emerge como una disciplina fundamental.
Un prompt es una instrucción textual introducida en el modelo de IA, y la calidad y especificidad de este prompt determinan en gran medida la relevancia y precisión de la respuesta o resultado generado. De esta manera, la ingeniería de prompts, descrita más como un arte que una ciencia, implica la formulación estratégica de estas instrucciones para guiar al modelo de IA hacia la consecución de un objetivo específico.
Sin un dominio adecuado de esta habilidad, el potencial de la IAG para liberar la eficiencia jurídica podría verse significativamente limitado, ya que incluso las herramientas más avanzadas son «tan efectivas como la entrada que reciben».
La estructura de un buen prompt es un elemento primordial en su ingeniería, y para que sea efectivo debe proporcionar una descripción clara de la tarea deseada, definir el rol que debe adoptar la IA, describir la audiencia a la que va dirigida la salida, ofrecer orientación sobre el tono, el estilo y la extensión esperada del resultado, e incluir cualquier contexto adicional relevante.
Por ejemplo, en lugar de un prompt vago como «resume este contrato», un prompt bien elaborado podría ser: «Resume los puntos clave del siguiente contrato de licencia de software [insertar texto del contrato] en no más de 200 palabras, utilizando un tono formal y destacando las obligaciones del licenciatario en relación con la propiedad intelectual y las cláusulas de indemnización. El resumen debe estar dirigido a un socio sénior del bufete para una revisión rápida». Precisamente, dicho nivel de detalle guía a la IA de manera precisa, aumentando la probabilidad de obtener un resultado útil y pertinente.
Por otra parte, la aplicación de la ingeniería de prompts en la práctica legal comprende un amplio espectro de casos de uso. En principio para el escenario de la redacción legal, donde los abogados pueden utilizar prompts para generar borradores iniciales de contratos, escritos judiciales o correspondencia con clientes.
Respecto a lo precedente, ubicamos el siguiente ejemplo: «Redacta una cláusula de confidencialidad para un acuerdo de no divulgación entre una empresa de tecnología y un consultor independiente, especificando una duración de cinco años y las consecuencias de la divulgación no autorizada».
Como segundo rubro relevante, se localiza la investigación jurídica, los prompts pueden facilitar la búsqueda y el resumen de información relevante de diversas fuentes, así como la extracción de tendencias e insights.
Un prompt podría ser: «Resume los principales argumentos esgrimidos en la sentencia del caso [citar referencia] en relación con la doctrina del piercing the corporate veil en jurisdicciones de derecho común».
Ahora bien, para el análisis legal, la ingeniería de prompts permite evaluar contratos para identificar riesgos y problemas de cumplimiento, como en el ejemplo: «Analiza el siguiente contrato de arrendamiento [insertar texto] e identifica cualquier cláusula que pueda representar un riesgo significativo para el arrendatario en caso de terminación anticipada por parte del arrendador».
Más allá de estas aplicaciones directas, la ingeniería de prompts también potencia otras áreas cruciales de la práctica legal como en la gestión del conocimiento, en la cual los prompts pueden facilitar la recuperación de información y la generación de insights a partir de bases de datos internas.
Para la comunicación, permiten preparar borradores de comunicaciones con clientes en un tono personalizado. Incluso en la gestión de la práctica, la ingeniería de instrucciones puede ayudar a generar insights sobre métricas de rendimiento y optimización financiera.
Se reconoce como ejemplo: un abogado que podría usar un prompt para resumir los puntos clave de las minutas de una reunión con un cliente y generar un borrador de correo electrónico de seguimiento con los acuerdos y las próximas acciones. Este escenario brinda la capacidad de adaptación y experimentación con diferentes estructuras y elementos de prompts que son fundamentales para descubrir las mejores estrategias en cada una de las tareas específicas.
En última instancia, la «liberación de la eficiencia jurídica» a través de la ingeniería de prompts no solo implica una optimización de los flujos de trabajo y una reducción de la carga operativa, sino también una redefinición del rol del abogado. Al automatizar tareas repetitivas y de bajo valor, la IAG, guiada por instrucciones bien diseñados, permite a los abogados enfocarse en las facetas de su profesión que requieren un juicio humano experto, creatividad y una comprensión profunda de las necesidades del cliente.
No obstante, como se ha advertido líneas arriba, es crucial recordar que la IA es un copiloto, no un piloto automático. Los abogados siguen siendo responsables de la calidad y la exactitud de su trabajo, y deben revisar y verificar cuidadosamente los resultados generados por la IA antes de incorporarlos a su trabajo.
Recordemos que al dominar el arte de la ingeniería de prompts y adoptar buenas prácticas en el uso de la IA generativa, la profesión legal puede aprovechar plenamente el potencial de esta tecnología transformadora para alcanzar nuevos niveles de eficiencia y excelencia.
Fuente de consulta
Microsoft Corporation y Singapore Academy of Law. (2024). Prompt Engineering for Lawyers. https://sal.org.sg/wp-content/uploads/2025/02/SAL-Microsoft-PE-Guide.pdf
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Rodolfo Guerrero es abogado por la Benemérita Universidad de Guadalajara y maestro en derecho con orientación en materia Constitucional y administrativo por la misma casa de estudios. Es Socio Fundador y Representante Legal de la Sociedad Civil Coffee Law “Dr. Jorge Fernández Ruiz”. Socio fundador de la Academia Mexicana de Derecho “Juan Velásquez” A.C. Titular de la Comisión de Legaltech del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México A.C. Capítulo Occidente. Vicepresidente de la Academia Mexicana