París, Francia.
La Agencia Espacial Europea (ESA) asegura tener el mejor sistema de satélites de observación del cambio climático en el mundo, con Copernicus a la cabeza, y trabaja para perfeccionarlo, en particular con una medición más precisa del dióxido de carbono (CO2).
El director general de la ESA, Josef Aschbacher, explicó este viernes en una entrevista a EFE que están trabajando en dos nuevos satélites, a los que se podría añadir un tercero, para evaluar de forma precisa el CO2 en la atmósfera, pero también la dinámica de las fuentes de esas emisiones y su absorción por la vegetación y los océanos y tener un sistema de observación mas completo .
Aschbacher, que participó en París en una cumbre sobre los polos y los glaciares organizada por el presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que «Europa puede estar muy orgullosa» porque tiene «el mejor sistema de observación de la Tierra en el mundo», el Copernicus2.
Hay 12 tipos de satélites que miden diferentes parámetros y uno de los más difíciles de controlar es el CO2, aclaró.
Esos satélites -señaló- han podido cuantificar la concentración actual del que es el principal gas de efecto invernadero, que ya supera las 400 partes por millón (ppm), cuando durante toda la historia del planeta había estado en unas 300 ppm.
La directora del programa de observación de la Tierra de la ESA, Simonetta Cheli, indicó, como efecto del calentamiento global por la alta concentración de CO2, que «en el caso de los polos se ha notado una pérdida de 9.000 gigatoneladas de hielo desde los años 1960 hasta hoy».
Y también que ha habido «un aumento muy importante de la temperatura», que es «cuatro veces más» que la media en lugares como el archipiélago noruego de Svalbard, en el Ártico.
La ESA que ha empezado la construcción de un satélite para el control del CO2 generado por la actividad humana, tiene ya en servicio otros de la familia Copernicus como CRISTAL (Copernicus Polar Ice and Snow Topography) que mide el espesor del hielo en los casquetes polares.
Los altímetros de evolución del hielo permiten igualmente supervisar cómo disminuyen los glaciares de los macizos montañosos, como los Pirineos, y a partir de ahí se elaboran modelos, apoyados en la inteligencia artificial, para hacer estimaciones sobre cómo se van a comportar en los próximos años.
Basándose en esas proyecciones, el director general de la ESA recordó que la previsión es que «alrededor de la mitad de los glaciares van a desaparecer de aquí a finales de este siglo».
«Eso -añadió- es muy preocupante porque es un grave peligro para nuestro planeta, pero también para los recursos hídricos y para el ciclo del agua».
Cheli contó que para evaluar los recursos hídricos Europa tiene también el satélite SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity), en el que España está fuertemente implicado, para observar la humedad del terreno. Una variable importante, por ejemplo, para evaluar la pertinencia de uno u otro cultivo.
También se refirió a que el último satélite meteorológico lanzado por la ESA, en diciembre de 2022, el MTG (Meteosat de Tercera Generación), cuenta a bordo con un instrumento que en tiempo real puede detectar los rayos en una zona de cobertura que incluye Europa y África.
El seguimiento de los rayos es relevante porque de esa forma se puede prever dónde habrá una tormenta y qué tipo de tormenta se está preparando o se está produciendo. Informaciones útiles por ejemplo para el tráfico aéreo, pero también para la gestión de ciertos fenómenos que conducen a lluvias torrenciales.
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