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COVID-19: El mundo rebasa el millón de muertes

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El virus SARS-CoV-2 surgió en diciembre de 2019 en Wuhan, China, propagándose rápidamente provocando en las personas la COVID-19; enfermedad que hasta este lunes 28 de septiembre ha cobrado la vida de 1 millón 555 personasinfectado a  33 millones 273 mil 720 personas en 188 países en el mundo, de acuerdo con el mapa interactivo COVID-19  del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins.

Pero, esta pandemia no ha sido la única en la historia de la humanidad. Si volteamos a la historia, podemos encontrar diversos casos desde al menos cinco siglos atrás. Esta es una recopilación hecha por la Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública, recuperada por NCC Iberoamérica, de las últimas cuatro pandemias que han cobrado la vida de millones de personas alrededor del mundo:

Peste de Justiniano

Esta es la primera pandemia de la que se conservan fuente escritas y sucedió en el Imperio Bizantino en el año 541. El reino estaba en un momento de esplendor, porque estaban conquistando tierras en Italia y en África, y durante una de esas conquistas se encontraron con un virus que acabó con el 25 por ciento de la población mundial. La humanidad tuvo brotes locales y esporádicos hasta el año 750, con ciclos que se repetían cada ocho o diez años, siendo el primer brote de la enfermedad el más extenso y mortífero. Finalmente, la peste desapareció hasta el siglo XIV.

La respuesta de las personas fue prácticamente nula, algunos huyeron fuera de las ciudades para escapar de la peste, otros se quedaban en sus casas para no contagiarse. La medicina no estaba preparada para combatir la enfermedad. Fue hasta 1988 que científicos lograron aislar la bacteria que mató a las personas en esta peste, y descubrieron que era yersinia pestis, la misma cepa que ocho siglos más tarde se llamaría la peste negra.

Peste negra

Esta enfermedad se desató en la Edad Media entre 1346 y 1347 en Europa. El virus empezó a propagarse a las orillas del mar negro (que está encerrado entre los balcanes en Europa Occidental), cuando los mongoles estaban atacando la península de Crimea. La ventaja de este virus es que era muy letal, entonces la gente moría rápido y por tanto, la expansión era lenta. Aún así, hay estudios que demuestran que murió hasta el 60 por ciento de la población Europea. De 80 millones de ciudadanos, el continente pasó a tener 30 millones en solo seis años.

A las causas de la enfermedad se le dieron explicaciones sobrenaturales, como por ejemplo que era generado por la corrupción del aire provocada por la materia orgánica en descomposición, o que tenía un origen astrológico (eclipses, paso de cometas, planetas alineados). Finalmente, fue hasta el siglo XIX que bacteriólogos descubrieron que era la yersinia pestis, un virus que afectaba a las ratas y otros roedores y se transmitía a humanos a través de parásitos que vivían en esos animales como las pulgas.

Es decir, la peste era una zoonosis (enfermedad que pasa de los animales a los humanos). Los primeros síntomas se manifestaban de 16 a 23 días de la enfermedad en el cuerpo, producía fiebres altas, inflamación en el cuello o ingles, escalofríos e inflamación en el ganglio linfático, que recibía el nombre de “bubón” o carbunco, de ahí viene el término de “peste bubónica”. Además, cuando el virus se pasaba a la sangre, producía unas manchas negras en el cuerpo por las hemorragias, de ahí el nombre “peste negra”.

Para tratar la peste, los médicos hacían intervenciones quirúrgicas para quitar los bubones endurecidos de la ingle, axilas y cuello. En caso de que los bubones no aparecieran, le daban al enfermo purgas, pomadas caseras u orines. También, quemaban hierbas aromáticas para purificar el ambiente o usaban azufre para combatir la contaminación del aire. La única medida que logró ser útil en ese momento, fue la quema de ropa, pieles y alfombras de las personas enfermas, porque acababa con las pulgas.

Viruela

Durante el siglo XVIII, XIX y XX, la viruela acabó con el 90 por ciento de los indígenas de Estados Unidos y en Europa fallecieron alrededor de 56 millones de personas. Se expandió con facilidad al “nuevo mundo” porque cuando los conquistadores empezaron a cruzar el océano, la población nativa no tenía las defensas necesarias para combatir esta nueva enfermedad.

Su tasa de mortalidad llegó a ser del 30 por ciento, pero es de las pocas enfermedades que la medicina ha logrado erradicar por completo con una vacuna. La cura fue creada por Edward Jenner, investigador y médico, en 1796 en Inglaterra, con el método de inoculación, que es una técnica para preservar la enfermedad para luego introducirla en el humano y crear defensas. El último caso de viruela se registró en 1977 en Somalia.

Gripe de 1918 o gripe española

El mundo declaró la pandemia durante la Gran Guerra (1914 – 1918), que era entre el Imperio Austro-Húngaro y el reino de Serbia, pero involucró a todas las potencias europeas. Se le llamó gripe española porque durante la Guerra, España fue un país neutral y por tanto fue el primer país que habló de la pandemia abiertamente, entonces se pensó que había surgido allí.

De hecho, no sé sabe exactamente de dónde salió el virus, pero la teoría más concurrida es que surgió en el estado de Kansas, Estados Unidos. Allí se reportó una gripe grave en enero de 1918 seguido de la muerte de tres personas. Luego, el virus se movió a Nueva York y contagió a tropas que se iban a la guerra. Finalmente, la gripe llegó primero a Francia desde Estados Unidos y rápidamente se extendió por toda Europa.

Algunas medidas que se tomaron en el mundo fueron las de uso de cubrebocas, aspersiones en las garganta, hacer gárgaras, aislamiento, distanciamiento social y pasar a hacer las actividades al aire libre. Además, se incentivó el lavado de dientes y nariz, los remedios caseros como infusiones de eucalipto, tilo y limón, sahumerios de eucalipto, lavanda y corteza de naranja o frotarse petróleo en la garganta y envolverse en pañuelo de seda.

En poblaciones donde se hizo un aislamiento temprano y prolongado hubo menos muertes. Por ejemplo en Estados Unidos, Filadelfia tuvo un aislamiento tardío y murieron 748 personas por cada 100,000 habitantes. Mientras que lugares como Nueva York, que tuvieron medidas de aislamiento temprano, murieron 452 personas por cada 100,000 habitantes.

En América Latina las cifras fueron altas, en México murieron al menos 300,000 personas, en Argentina 15,000, en Colombia 6,000, en Brasil 40,000 y en Uruguay 6,000. En total hubo 50 millones de muertes a causa de la gripe. El virus acabó entre el 3 y el 6 por ciento de la población mundial y su tasa de mortalidad fue del 10 al 20 por ciento.

Ante el panorama histórico y el actual con la pandemia por COVID-19, la ciencia tendrá que estar un paso más adelante que cualquier virus. Con innovación y colaboración se logrará combatir cualquier enfermedad a través de vacunas, antibióticos y tratamientos. En esta ocasión, los científicos del mundo han utilizado la experiencia y tecnología para rápidamente entender el genoma del coronavirus, pasar la información sobre su virulencia y colaborar para generar medidas que lo contrarresten.

Por: Redacción NCC Iberoamérica.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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