Por: Mtro. Rodolfo Guerrero Martínez (México).

La inteligencia artificial generativa (IAG) ha emergido como una fuerza disruptiva en el panorama creativo, demostrando una capacidad sorprendente para producir contenido original que comprende texto, imágenes, audio y video.

Dicho hito tecnológico ha democratizado la creación de contenido hasta cierto punto, permitiendo a los usuarios sin formación especializada generar obras con relativa facilidad. En ese sentido, actualmente somos testigos de una proliferación de imágenes generadas por IAG que emulan estilos artísticos específicos, lo que ha suscitado un intenso debate sobre la naturaleza de la creatividad, la propiedad intelectual y el futuro de las profesiones artísticas.

Precisamente, se pone en relieve un caso de la reciente ola de imágenes generadas con IAG al estilo del renombrado Studio Ghibli -estudio de animación japonés, con sede en Tokio fundado en 1985 por Hayao Miyazaki y Isao Takahata-, caracterizado por su distintivo estilo visual, conocido por películas como Spirited Away y My Neighbor Totoro, ha capturado la imaginación de usuarios en todo el mundo, quienes han utilizado herramientas como ChatGPT para «Ghiblificar» una amplia variedad de temas.

En ese hilo, la empresa OpenIA fue obligada a introducir límites de tasa temporalmente dado a la sobrecarga en su infraestructura. Los datos son reveladores tanto por los estudios hechos por las Universidades de Colorado Riverside y de Texas Arlington que demuestran un consumo aproximado de 2 a 5 litros de agua por cada imagen generada por sistemas de IA.

Por otra parte, esta tendencia de estilo Ghibli como el poder de la IAG para replicar y adaptar expresiones artísticas establecidas plantea importantes interrogantes entre la IA y la creatividad.

Aunque la generación de imágenes con estas características puede ser percibida como un acto democratizador del acceso a la creatividad artística, también genera la violación de la propiedad intelectual y los derechos de autor. 

Por tanto, en el presente artículos se desempeñarán las siguientes preguntas tales como, ¿se puede considerar el estilo artístico como propiedad intelectual protegible? Y ello, ¿implica la generación de imágenes inspiradas en un estilo una infracción de derechos de autor?

Aspectos relevantes sobre el caso del estilo Ghibli con OpenIA

En principio es crucial dimensionar la popularidad sobre la generación de imágenes al estilo Studio Ghibli donde a raíz del lanzamiento de la mejora para crear imágenes en ChatGPT-4o el 25 de marzo del año 2025, introdujo un movimiento viral en las redes sociales digitales, en el cual los usuarios dieron lugar a temas “ghiblicados”, que podemos señalar como un estilo artístico similar al del famoso estudio animación japones.

Ahora bien, en segundo término, tal como mencionamos en la introducción del trabajo, se localiza la sobrecarga a la infraestructura de OpenIA, y el establecimiento de limites de tasa. Al inicio el nivel gratuito de ChatGPT tendría tres generaciones por día, no obstante, los límites se implementan generalmente cuando hay un aumento drástico en las solicitudes a la interfaz de programación (API) que podría causar problemas de rendimiento en los servidores.

Por otra parte, el tercer aspecto relevante sobre el caso enmarca el ámbito de la propiedad intelectual, en ese sentido se establecerán los siguientes escenarios y argumentos:

(1) La generación de imágenes con un estilo similar al de Studio Ghibli no constituye una violación de derechos de autor dado a que las obras susceptibles de registro y derechos de autor sólo pueden ser aquellas que sean integraciones intelectuales concretas (obras), no ideas o estilos.

(2) El estilo anime, en el cual se encuentra la base de Studio Ghibli, no pertenece a nadie y no se puede registrar. Estimamos comparable a los géneros musicales como el rock o la salsa, donde se pueden registrar obras específicas dentro del género, pero no el género en sí.

Cabe destacar que, lo distintivo de Studio Ghibli es la narrativa, el diseño de producción, el diseño de personajes, la conceptuación y el tono de sus obras, no el estilo anime en sí.

Por lo tanto, resulta necesario para la violación de derechos de autor, que la IA retome un personaje específico de Ghibli y utilizarlo en otras obras, lo cual no sucede en la generación de imágenes de estilo. La inteligencia artificial en este escenario sólo está haciendo una referencia al estilo, aprendiendo de patrones visuales existentes, al igual que los artistas humanos se inspiran en referencias.

(3) Se encuentra la creatividad como parte de un proceso de fuentes de referencia que sirven para inspirar, brindar mayor y mejorar dirección a los trabajos a desarrollar, de tal modo que, no existe la originalidad absoluta. La IAG, al igual que los artistas, aprende de lo ya existente. Además, la diferencia entre inspiración y/o referencia y plagio reside en si la copia está haciéndose pasar por propia o con fines comerciales sin hacer reconocimiento al autor.

Como cuarto punto importante se establecerá una breve base critica con algunos ejemplos, advirtiendo que, si bien el replicar un estilo no constituye una infracción de derechos de autor, la facilidad con la que la IAG puede imitar un estilo tan característico como Ghibli abre debate sobre la devaluación del trabajo de artistas y la percepción de valor del arte creado con inteligencia artificial.

Sin embargo, es menester enfocarnos en la visión estática e incorrecta sobre la cual se entiende al trabajo creativo, ya que se asume que diversas tareas sólo deben hacerlas los humanos. Recordemos la aparición de la fotografía tomada por cámaras o ahora con los últimos modelos de celulares inteligentes, trazando indiscutiblemente tanto nuevas rutas creativas como nuevos medios para hacer trabajos en la industria.

Hoy en día, es bastante similar lo señalado líneas arriba con la IA, que impulsa de forma disruptiva las actividades creativas, las formas de expresión y colaboración con la tecnología.

Sin duda, la inteligencia artificial generativa es una herramienta para magnificar los procesos creativos si se utiliza correctamente -de ahí la importancia de la ética, códigos de conducta, sandbox regulatorio, entre otros puntos de valor-. Así como ilustrar como piedra angular a los usuarios que deberán tener los conocimientos y criterio de diseño para guiar a la IA.

De esta forma, se señala categóricamente que no, la IA no reemplaza a la creatividad humana, y que el auge de la creación de imágenes al estilo Ghibli ejemplifica la democratización del acceso a herramientas creativas, brindado a las personas sin formación artística a que generen imágenes con un estilo visual atractivo. Sin embargo, esto también esboza preguntas sobre la calidad y el valor artístico real de estas creaciones si no están guiadas por un proceso creativo sólido.

Fuentes de consulta

Valenzuela, C. G. (2025). El impacto de las imágenes de ChatGPT estilo Estudio Ghibli es tan grande que está afectando negativamente a La Tierra. Computer Hoy. https://computerhoy.20minutos.es/ciencia/impacto-imagenes-chatgpt-estilo-estudio-ghibli-tan-grande-afectando-negativamente-tierra-1452414

José, J. (2025). Así de costoso es generar imágenes con IA: se gastan hasta 17 litros de agua en 5 intentos. Infobae. https://www.infobae.com/tecno/2025/03/29/asi-de-costoso-es-generar-imagenes-con-ia-se-gastan-hasta-17-litros-de-agua-en-5-intentos/

‌Katte, S. (2025). OpenAI pone límites tras la ola de imágenes al estilo Studio Ghibli. Cointelegraph. https://es.cointelegraph.com/news/sam-altman-open-ai-gpu-melting-after-studio-ghibli-tsunami