Santiago (Chile) | AFP (Ana FERNANDEZ)
«Nosotros no lo hicimos. Les ayudamos», aseguran en una conversación el entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon y el consejero de Seguridad Nacional Henry Kissinger, al día siguiente del golpe militar que acabó con el gobierno democrático de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.
La conversación entre Nixon y Kissinger fue registrada por un sistema secreto de grabación que utilizaba el presidente y que su secretaria luego transcribía, creando un conjunto de documentos conocidos como «TELCONS».
La Agencia de inteligencia estadounidense CIA «creó las mejores condiciones posibles» para acabar con el gobierno democrático de izquierda. «En el período de Eisenhower hubiéramos sido héroes» pero «en lo que se refiere a la gente, déjeme decir que no le van a comprar esta mierda a los liberales en esta ocasión», comentan.
La transcripción de esta conversación forma parte de los documentos desclasificados por orden del presidente Bill Clinton cuando Pinochet fue detenido en Londres en 1998 por orden del juez español Baltasar Garzón, por su presunta implicación en delitos de genocidio, terrorismo internacional, y desaparición forzosa de personas durante su dictadura (1973-1990).
– Secretos de Estado –
Hasta marzo del próximo año, los chilenos pueden descubrir su historia sabida pero hasta ahora poco documentada, en la exposición «Secretos de Estado», dirigida por el historiador estadounidense Peter Kornbluh, especializado en esta época negra de Chile, que se presenta en el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos.
«Esta exposición prueba documentalmente» lo que se sabía pero que no se había podido demostrar, dice a la AFP el director del Museo, Francisco Estevez.
Los documentos están «ahí para probar que lo que se dice es cierto», agrega antes de precisar que en «materia de memoria, el gran enemigo es el negacionismo».
Para muchos visitantes, en particular los más jóvenes, es una época que empieza a ser conocida.
Muchos documentos están todavía con borrones para ocultar información comprometedora. Pero el cruce de informes de miles de archivos desclasificados ha permitido rellenar los huecos que ha dejado la tinta negra.
La exposición abarca desde la asunción de Allende hasta el referéndum convocado por el propio Pinochet el 5 de octubre de 1988 para sabor si los chilenos querían que continuase en el poder.
Nunca imaginó que ganaría el ‘No’ y por ello intentó perpetrar un segundo golpe, que en esta ocasión no iba a contar con el apoyo de Estados Unidos. Ante la oposición generalizada, se rindió al veredicto popular y en 1990 cedió el poder al gobierno de la Concertación elegido en las urnas.
La exposición también repasa el papel que jugó el diario El Mercurio, que recibió dinero de la CÍA para obrar en contra del gobierno de Allende y a favor del golpe de Estado o los múltiples pasaportes que utilizó Pinochet y que le permitieron abrir cuentas en bancos estadounidenses para ocultar el botín que había ido amasando a lo largo de sus 15 años de dictadura.
– Acoso temprano –
Tras la victoria de Salvador Allende en las elecciones del 4 de septiembre de 1970, Nixon y Kissinger pusieron en marcha una serie de operaciones encubiertas diseñadas para bloquear la asunción de Allende y cuando fallaron, para desestabilizar su gobierno.
Antes de que Allende entrara en La Moneda, «Nixon ya había dado instrucciones explícitas de llevar a cabo un cambio de régimen preventivo y generar las condiciones para que se produjera un golpe militar», en una operación con el nombre de FUBELT y que condujo al asesinato del entonces comandante del ejército René Schneider.
No obstante, los informes que recibió Nixon el día del golpe siguen siendo secretos. La sección censurada sobre Chile «es muy probable que contenga la inteligencia sobre el complot para realizar el golpe de Estado», aseguran los organizadores de la exposición.
La preocupación de las autoridades estadounidenses era el potencial «propagador» de la vía pacífica de Allende en el resto de América Latina tras el triunfo de la revolución cubana.
– «Pinochet, dios y la DINA» –
En Chile, la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) -creada por Pinochet- llevó a cabo gran parte de la represión brutal que ejerció contra la oposición. Los archivos que documentan las atrocidades han desaparecido.
En el primer mes del golpe perpetró más de 1.600 asesinatos, recuerda Estevez, de los 3.000 muertos y desaparecidos que dejó la dictadura.
Según le dijo un funcionario chileno al agregado de defensa de Estados Unidos, «hay tres fuentes de poder en Chile: Pinochet, Dios y la DINA».
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