El caluroso verano en España ha tenido un efecto dramático en la cosecha de vino de 2017, que en algunas zonas estará entre 30 y 50% más baja que la media. Con los efectos del calentamiento global esto podría suceder de forma regular, pero algunos científicos advierten que un clima más caliente no sólo afectará el tamaño de la cosecha de uva, sino que incluso podría afectar el color del vino.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Navarra muestra que un clima más cálido podría llevar a que las uvas pierdan color y acidez.
«Los vinos son muy sensibles al aumento de las temperaturas y es importante limitar sus efectos, pero también tenemos que demostrar que en España las empresas están trabajando para detener el cambio climático.» – Miguel Ángel Torres, presidente de la Federación Española del Vino.
Las temperaturas más cálidas y menos agua en el suelo reducirían la cosecha entre 9 a 10 días, lo que significaría que las uvas perderían parte de su madurez y carácter y el vino perdería posteriormente parte de su calidad.
«Si las temperaturas siguen aumentando, podría ser grave. Tendremos que adaptarnos e incluso pensar en variedades de uva de cambio, como no usar Grenache en Cataluña, pero seguiremos haciendo buenos vinos.» – Miguel Ángel Torres, presidente de la Federación Española del Vino.
Sin embargo, la mejor manera de evitar que eso suceda es continuar trabajando para limitar los efectos del cambio climático.
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