Sao Paulo (Brasil) – AFP

Varios miles de personas se manifestaron el viernes en Sao Paulo, Rio de Janeiro y otras ciudades de Brasil contra una sentencia que abrió la posibilidad de tratar a la homosexualidad como una enfermedad.

Con carteles que proclamaban «¡Cure los prejuicios!» y banderas arcoíris del movimiento LGBT, las marchas se extendieron a lo largo de la Avenida Paulista de la capital económica del país y de la avenida Rio Branco hasta la plaza Cinelandia de la capital carioca, indicaron periodistas de la AFP.

«Ya tenemos que luchar contra muchos prejuicios como para tener que lidiar con esos psicólogos que practican pseudociencia», dijo en Rio Leo Rosetti, un profesor de historia, de 38 años.

En Sao Paulo se produjo una confrontación con la policía, con saldo de dos detenidos.

«Ya debería ser un tema resuelto porque está científicamente comprobado que no existe cura. Que no existe ningún tipo de reversión», dijo a la AFP Cintia Rosini, una actriz de 33 años que participó de la marcha en Sao Paulo.

El juez Waldemar de Carvalho, de Brasilia, ordenó el lunes al Consejo Federal de Psicología (CFP) que deje de impedir a sus afiliados atender consultas sobre «(re) orientación sexual».

La medida fue solicitada por un grupo de psicólogos. Hasta entonces, esa decisión podía llevar a la suspensión de la licencia profesional.

El CFP presentó de inmediato un recurso judicial advirtiendo que la decisión «abre la peligrosa posibilidad del uso de terapias de reorientación sexual», que además de carecer de base científica, viola derechos humanos.

«Si reoriento, lo hago a partir de una visión de que hay un desvío que precisa ser reorientado (…) Dejando de lado todos los eufemismos, todos los sofismas, lo que dice el fallo es que las sexualidades no heteronormativas son desviadas y por lo tanto son una patología que debe ser tratada», dijo Rogério Gianinni, presidente del CFP en una rueda de prensa en Brasilia.

– ‘Momento conservador’ –

«La acción de un juez es muy representativa del momento conservador que estamos viviendo en Brasil, de muchas derrotas sociales. Para mí parece una broma, porque tengo un buen soporte familiar y de amigos. ¿Pero quienes no lo tienen? Es sencillamente absurdo», explicó en la marcha de Rio el promotor cultural Matheus Foster, de 30 años.

La controvertida decisión judicial llega en un contexto de fuertes cuestionamientos a la agenda de nuevos derechos que impulsaron los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) entre 2002 y 2016, hasta la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por manipular las cuentas públicas.

La asunción de Michel Temer, exaliado de Rousseff, trajo al centro del poder político a potentes corrientes de pensamiento de cuño conservador.

La sentencia del juez De Carvalho no suspende los efectos de la resolución del CFP, pero le ordena dejar de interpretarla «de modo que impida a los psicólogos promover los estudios o la atención profesional, de forma reservada, pertinente, ni la (re) orientación sexual».

Según el Consejo, esa hermenéutica va contra el posicionamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que definió a la homosexualidad como una variación natural de la sexualidad humana.

Conocido en el mundo entero por la sensualidad de su carnaval y de sus playas, Brasil tiene una vibrante comunidad homosexual que convive con una profunda impronta religiosa y grupos de influencia que atacan verbal y físicamente a la comunidad LGBT.

Solo en el 2016 fueron asesinadas 343 personas en crímenes vinculados con la llamada LGBTfobia, lo que convierte a Brasil en el primer país en cantidad de homicidios de homosexuales del mundo.