Carlos Iván Moreno

Plumas NCC | Autonomías universitarias: contrapesos al poder

Published 3 años ago Noticias NCC3 años ago • Bookmarks: 32

Por: Carlos Iván Moreno (México).

Por 900 años, y como avance civilizatorio, las universidades han sido críticas e incomodas al poder; sea éste civil, eclesiástico o hasta militar. Desde la Europa medieval, a partir del Siglo XII, las universidades evolucionaron con dos características fundamentales: autonomía organizacional y libertad académica. Como lo afirma el historiador Harold Perkin, ello les ha permitido ser fuente del pensamiento crítico y reflexivo, contrapeso ante los gobiernos.

Son tiempos difíciles para las autonomías y para los contrapesos. Los ataques a la libertad académica son cada vez más frecuentes en todo el mundo. De acuerdo con los resultados del Global Index of Academic Freedom 2020, solo el 20 por ciento de la población mundial vive en países con niveles aceptables de autonomía universitaria. El problema no es menor, en juego está la misión de las instituciones para investigar, enseñar y discutir libremente, sin cortapisas ni injerencia gubernamental.

Algunos ejemplos paradigmáticos

En Hungría, con el autócrata Viktor Orban, las protecciones constitucionales para la libertad académica han sido eliminadas y se ha prohibido la acreditación de los “estudios de género”. Orban quiere que en las universidades húngaras solo se discuta lo que él decida. Lo está logrando, ante el pasmo de Europa.

El populista Boris Johnson, en Reino Unido, busca regular la libre expresión y la libertad académica en las universidades, por medio de la designación de un “defensor” encargado de señalar e investigar, cualquier acción que considere controversial en los campus universitarios, incluyendo temas “tabú” como el Brexit.

En Estados Unidos, legisladores locales pro-Trump han tratado de limitar o prohibir que las universidades públicas enseñen la “teoría crítica sobre la raza”; medida que ya ha sido aprobada en ocho estados norteamericanos y se discute en los congresos locales de otros 20.

En Brasil, con el populista Jair Bolsonaro, profesores de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, por mencionar un ejemplo, han sido investigados por la fiscalía nacional. ¿De qué se les acusa? De criticar al presidente por el manejo de la pandemia, que ya ha dejado casi 600 mil muertes. Además, las universidades han sufrido recortes de hasta el 30 por ciento de su presupuesto operativo y han sido objeto de constantes ataques bajo el mito de que son “centros de propaganda comunista”.

En México, con el gobierno de izquierda del presidente Andrés Manuel López Obrador, las instituciones públicas de educación superior igualmente han tenido que enfrentar fuertes presiones presupuestales, que de facto debilitan la autonomía universitaria. En lo que va de la administración federal, los recursos para fondos extraordinarios disminuyeron 85 por ciento y los presupuestos ordinarios crecen por debajo de la inflación anual. El problema no es la escasez de recursos, es la incómoda autonomía.

El debilitamiento universitario en México ha sido paulatino pero constante, como el síndrome de la “rana hervida”, principalmente a través de la asfixia presupuestal y de la intervención autoritaria de gobiernos estatales. Así, de las 31 entidades federativas, en al menos 16 los gobiernos estatales han buscado coartar la autonomía de sus universidades públicas, ya sea pretendiendo reformar sus leyes orgánicas para reducir su capacidad de autogobierno (12 casos) o bien no entregando los recursos financieros ya aprobados para éstas (4 casos).

En este último supuesto destaca el caso de la Universidad de Guadalajara, la segunda universidad más grande de México, a la cual el gobierno del Estado de Jalisco le ha recortado arbitrariamente recursos financieros ya aprobados y en pleno ejercicio, como represalia a su negativa de volver a clases presenciales ante el aumento de contagios por la 3ra ola de COVID-19. Cabe destacar que prácticamente todas las universidades públicas en México, incluida la UNAM, siguen en clases en línea ante la difícil situación epidemiológica.

Paradójicamente, las universidades y centros públicos de investigación en México, a diferencia de lo que pasa en Brasil, son acusados de promover la ideología neoliberal y fomentar el “aspiracionismo”. Dos críticas totalmente opuestas para instituciones educativas que en realidad son muy parecidas entre sí; investigan, opinan, critican y buscan la verdad, a dónde ésta lleve.

Hay que reconocerlo, en el caso de México, el Congreso Federal recién aprobó -con el respaldo de todos los partidos políticos- una nueva Ley General de Educación Superior que, entre otros aspectos positivos, fortalece el precepto y los alcances de la autonomía universitaria. Esperemos que pronto comience a dar frutos.

En suma, a lo largo de nueve siglos las universidades han sido incómodas para los gobiernos, sean de derecha o de izquierda, en países desarrollados o en vías de desarrollo. Es su papel, por evolución y también por diseño organizacional.

En este contexto global complejo, es fundamental recordar que la autonomía y libertad académica no son privilegio de las universidades, sino de las sociedades democráticas. Por tanto, el deber de defender la autonomía no es solo de las casas de estudio sino, principalmente, de la sociedad a la que sirven; y la que más pierde cuando los gobiernos concentran el poder.

Como lo afirma Liviu Matei, del Observatorio Global sobre Libertad Académica, los ataques contra la autonomía son, en esencia, ataques contra la noción misma del conocimiento como bien público.

***

Carlos Iván Moreno es Licenciado en Finanzas por la Universidad de Guadalajara (UdeG), Maestro en Administración Pública por la Universidad de Nuevo México y Doctor en Políticas Públicas por la Universidad de Illinois-Chicago. Realizó estancias doctorales en la Universidad de Chicago (Harris School of Public Policy) y en la Northwestern University (Kellog School of Management). Actualmente se desempeña como Coordinador General Académico y de Innovación de la Universidad de Guadalajara.