Por: Durruty de Alba (México).
En el caso concreto de México podemos distinguir cuatro etapas en la difusión y aceptación de la astronomía moderna que sintetizaremos como sigue: 1) Renovación en los planes de estudio en los centros docentes administrados por órdenes religiosas. 2) Difusión paulatina de las nuevas teorías a través de las obras de los científicos europeos y de tratados redactados por autores mexicanos.
Elías Trabulse, El círculo roto. Estudios históricos sobre la ciencia en México, FCE, México DF (1996), p. 93
Antes de que alguien pudiera externar una extrañeza por el título de esta colaboración dedicada a temas de la ciencia astronómica, pues usualmente asociamos el término catecismo a cuestiones religiosas, podemos argumentar por dos vías: en el mundo occidental las primeras universidades surgieron a partir de las escuelas catedralicias y en su ciclo superior de estudios una de sus cátedras era dedicada a la astronomía; también podemos tomar parte de lo consignado en las primeras páginas de uno de los libros que reseñaremos, a la letra dice:
“Aplicada generalmente a libros de Religion… esta palabra no está exclusivamente consagrada a materias religiosas, si no que indistintamente significa todo libro escrito en preguntas y respuestas. En este sentido se usa actualmente en todos los países cultos y catolicos de Europa” (Catecismo de Astronomia, R. Ackermann, Londres, 1825), pasemos entonces a nuestro recorrido por unos curiosos ejemplares con los cuales en su tiempo se pretendió enseñar y difundir la ciencia de los cielos.
Hemos de agradecer a la estimada doctora JoAnn Palmeri, bibliotecaria en la Universidad de Oklahoma e historiadora de la ciencia interesada en la intersección entre la astronomía y la cultura popular, quien en su cuenta personal de Twitter nos dio a conocer algunas páginas digitalizadas del libro decimonónico An astronomical catechism: or, Dialogues between a mother and her daughter, un curioso volumen -y más ahora en vísperas de celebrar el día de las mujeres en la ciencia- publicado en Londres en 1818 cuya autora es Catherine Vale Withwell (1789-1873), profesora y promotora de la educación de la mujeres en Escocia, quien a decir de su biógrafo Ian Donnachie: “fue pionera en el uso de ayudas visuales en las aulas” (Oxford Dictionary of National Biography, OUP, Oxford UK, 2019).
Sobre este libro también se ha comentado en un volumen especializado sobre el pensamiento socialista decimonónico, lo cual de alguna forma nos da una idea de su impacto cuando fue publicado.
Luego busqué entre los libros de mi colección particular algunos cuyo formato y época son similares, el primero de ellos en español y también publicado en Londres, pero en el año de 1825, en el establecimiento de R. Ackermann con representación en “Megico”, su título es Catecismo de Astronomia (sic).
Entre la carátula y la portada se encuentra un grabado del sistema solar entonces conocido, donde también se aprecian las órbitas de algunos cometas, como buen catecismo su formato es pequeño: apenas 9 x 14 centímetros y su extensión es de 102 páginas, aunque tiene 27 capítulos y tres apéndices, siendo éstos últimos; 1. Catálogo de las constelaciones antiguas y modernas; 2. De la teoría de las mareas; 3. De los telescopios.
Recordemos que es hasta la conformación de la Unión Astronómica Internacional en 1919 cuando hay una resolución que unifica entre los astrónomos profesionales las designaciones de las constelaciones, sus límites siendo reconocidas desde entonces 88.
Otro de los ejemplares tiene un peculiar título: Ecce Coelum; or Parish Astronomy (Noyes, Holmes, and Company, Boston 1867), el cual podemos traducir como “He aquí los cielos; o astronomía de la parroquia”, cuyo autor nos dice la portada es “un pastor de Connecticut”.
Está dividido en seis lecciones de parágrafos variables, donde aborda desde la historia, los instrumentos de investigación, la descripción de la bóveda celeste, los sistemas y objetos del Universo hasta temas ya cercanos a la Filosofía y Metafísica (la de a deveras en tanto disciplina filosófica, no la de pequeños libelos charlatanescos) como el autor de la naturaleza, la vastedad, dinámica, tiempo y movimiento.
Los volúmenes en su unidad temática y diversidad cultural nos hablan de un interés que hubo en esa época por enseñar y divulgar el conocimiento astronómico del momento, lo cual debe llevarnos a cuestionarnos qué hemos hecho en nuestra circunstancia actual al respecto, pues han proliferado ideas erróneas acerca de la naturaleza y evolución de nuestro Universo.
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Durruty Jesús de Alba Martínez es Licenciado en Física adscrito al Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), dedicado a la divulgación e historia de la ciencia. Desde 1990 escribe sobre dichos temas en distintos medios de comunicación de Jalisco, México. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Física, la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y la Tecnología, del Departamento de Estudios Históricos de la Arquidiócesis de Guadalajara y de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.
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