México.

Entender el funcionamiento de las células, a través de la bioquímica, la genética molecular, la biología y la neurociencia, es la base del trabajo que realiza el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.

Desde el estudio de las unidades anatómicas que intervienen en el alzhéimer hasta el proceso del envejecimiento celular o el desarrollo de una nanovacuna contra el SARS-CoV-2, es motivo de investigación en esta dependencia, actualmente dirigida por la doctora en Ciencias Biomédicas, Soledad Funes Argüello.

“Las investigaciones que realizamos son muy diversas. Hay grupos de investigación que trabajan con bacterias; con mecanismos de patogenicidad de las bacterias, cómo es que las bacterias infectan a otras células y, por lo tanto, producen enfermedades. Hay otros investigadores que estudian cómo es que la energía se produce a través de las células, porque sin energía las células, los organismos no podrían desarrollarse», explicó Soledad Funes Argüello.

«Pero también tenemos algunas investigaciones un poco más aplicadas que van sobre diabetes, infarto cerebral, cómo se forma la memoria, las emociones.  Nuestros investigadores ya saben muy bien qué hacer, cómo hacerlo, y el impacto nacional e internacional de nuestro trabajo es muy alto, nuestra reputación es muy alta, eso conlleva también una responsabilidad para mí, que esas investigaciones continúen”, agregó. 

El pasado octubre Funes Argüello, quien tiene entre sus principales líneas de investigación la longevidad celular ya ha recibido reconocimientos como la medalla Alfonso Caso por sus estudios doctorales en 2004, fue designada como directora IFC para el periodo 2021-2025.

Y la pregunta es: ¿cómo se sobrepondrá la dependencia a los efectos del confinamiento y la pandemia? “Nosotros somos casi un instituto experimental, entonces nuestras actividades son en el laboratorio y poder retomarlas bien, retomar el trabajo cotidiano va a ser uno de los retos más importantes”, respondió Argüello.

Uno de los objetivos que se propone la científica mexicana es explorar formas alternativas de financiamiento en las que los investigadores puedan relacionarse con otro tipo de entidades o compañías privadas, que les permitan obtener los recursos necesarios para continuar con sus investigaciones.

“Estamos viviendo momentos complicados, no sólo para la investigación, sino en general para todos, estos dos años de inactividad o casi dos años de inactividad nos han dejado bastante mermados económicamente también. Entonces es importante que podamos salir de ahí más fuertes”, detalló Funes Argüello. 

Soledad Funes, también destacó la importancia de salirse de la zona de confort para participar en una sociedad para tener mejor cultura científica, algo que según la investigadora ha quedado claro por la pandemia de COVID-19.

Por: Karen Rivera/Canal 22.