Chengdu, China.
En la capital del «huoguo», un tradicional plato chino, los clientes de los restaurantes sumergen trozos de carne y verduras en un caldo picante y aceitoso. No sospechan que las sobras de su comida tendrán una segunda vida como carburante de aviones.
Cada año, los restaurante de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan donde estos calderos de sopa constituyen un orgullo regional, producen 150.000 toneladas de residuos de este líquido rojo y grasiento.
Una ganga para la empresa local Jinshang, que trata este valioso caldo. Tras filtrarlo, lo exporta para transformarlo en carburante para la industria aeronáutica.
«Nuestro lema es: que el aceite usado se eleve a los cielos«, dice a la AFP Ye Bin, el jefe de Jinshang.
La empresa produce cada año hasta 150.000 toneladas de aceite de calidad industrial, a partir del material graso que sale de los calderos de «huoguo», pero también de otros establecimientos en Chengdu como la franquicia de comida rápida KFC.
Cada noche, agentes de recogida de la firma recorren cientos de restaurantes de la ciudad. Desde el momento que los clientes se marchan, los camareros cuelan el caldo por un filtro para separar el aceite del agua.
Vestidos con espesos delantales y guantes de caucho hasta los codos para protegerse de la grasa, estos agentes van recogiendo los bidones de líquido agrio.
«¡Es un super trabajo!», exclama Zheng, uno de ellos mientras carga un vehículo utilitario con estos bidones. «Juego al mah-jong (juego de mesa chino) durante el día y trabajo durante la noche», celebra.
Este líquido se envía a la fábrica de Jinshang, en la periferia de Chengdu. Allí es vertido en inmensas cubas donde se someterá a un proceso de refinado que permite eliminar el agua y las impurezas restantes.
Así se obtiene un aceite de grado industrial, color amarillo claro, que se exporta a clientes principalmente en Europa, Estados Unidos y Singapur.
Son ellos quienes lo convierten en «combustible sostenible de aviación» (CDA). Este tipo de combustible puede desempeñar un papel en la reducción de la huella de carbono del sector aéreo, que representaba 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con el consumo de energía en 2022, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Montañas de desperdicios
Sin embargo, los CDA representan menos del 0,1% de los combustibles utilizados actualmente por los aviones debido a los costes de tratamiento y el escaso número de proveedores.
Un «aumento masivo de la producción podría contribuir 65% en la reducción de las emisiones necesaria para que el sector de la aviación alcance cero emisiones netas en 2050″, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata).
Jinshang planea construir su propia planta de producción de CDA.
China está redoblando sus esfuerzos para luchar contra las montañas de desperdicios de alimentos que generan sus 1.400 millones de habitantes.
Alrededor de 350 millones de toneladas de productos agrícolas, más de un cuarto de la producción anual, se desperdician cada año en el país, según un estudio publicado en la revista Nature en 2021.
En los vertederos, los residuos de alimentos en descomposición emiten metano, un gas de efecto invernadero, más rápidamente que la mayoría de los demás materiales, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
China ha publicado recientemente un plan de control de las emisiones de metano, que incluye la construcción de proyectos innovadores de tratamiento de restos alimentarios.
Shanghai, por ejemplo, utiliza larvas de «moscas soldado negro» (Hermetia illucens) para valorizar estos residuos.
En la planta de tratamiento de Laogang, una inmensa sala alberga 500 millones de gusanos, que devoran diariamente hasta 2.500 toneladas de restos alimentarios, explica Wu Yuefeng, director adjunto del sitio.
Al defecar, estas larvas excretan una sustancia utilizada como fertilizante.
- El Ártico pasa a emitir más carbono del que absorbe - diciembre 10, 2024
- Más de 75 premios nobel se oponen a Kennedy como secretario de Salud de EEUU - diciembre 10, 2024
- Las dudas medioambientales de un Mundial-2030 en tres continentes - diciembre 10, 2024