Chile.
CEME1, la mayor planta solar de Chile, fue inaugurada en Atacama, desierto entre los más calientes del mundo, con un tamaño equivalente a 608 canchas de fútbol, en uno de los proyectos clave para alcanzar la ambiciosa meta de descarbonizar al país sudamericano hacia 2050.
“Este es un hito importante, porque nos da la oportunidad de incorporar cada vez más energías renovables no convencionales a nuestra matriz energética, y en la medida de que vamos incorporando más energía renovables, nos permite dar un paso importante, no solo en la forma de descarbonizar nuestra matriz, sino en alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2050”, destacó Luis Felipe Ramos, subsecretario de Chile.
En la provincia norteña de Tocopilla, región de Antofagasta, se reunieron autoridades, ejecutivos de la empresa Generadora Metropolitana, a cargo del proyecto, además de la compañía ejecutora PowerChina Ltd, y representantes del pequeño municipio de María Elena, para dar inicio oficial a las operaciones del parque.
La comunidad de María Elena, donde se ubica la última oficina salitrera activa en el mundo entre los años 1830 y 1930, en medio del auge de la explotación del salitre, acogió felizmente esta iniciativa que le ha permitido acceder a cerca de mil empleos de calidad e innovadores, con capacitación en nuevas tecnologías verdes y recursos sustentables, de acuerdo con la delegada presidencial de Tocopilla, Rachel Cortés.
“La experiencia que cuenta el pueblo de María Elena, no solo en el aporte cultural que hace a nivel país, sino por haber sido la base de la economía nacional con lo que fue el sistema del salitre en el norte. Por lo tanto, hay una tremenda experiencia, no solo territorial, sino también en cómo generar estas reconversiones y abordar la economía nacional a través de las energías renovables”, dijo Rachel Cortés.
La planta fotovoltaica CEME1, que cuenta con capitales chilenos y franceses, posee 480 MW de capacidad instalada. La construcción cuenta con más de 882 mil paneles solares dispuestos en más de 400 hectáreas con una estructura fija de este a oeste, lo que permite un uso más eficiente del suelo que otras propuestas similares. Asimismo, esta planta utiliza cerca de un 90 por ciento menos de agua en comparación a otras centrales, gracias a su sistema de limpieza robotizado y en seco, que toma alrededor de 45 minutos en quitar el polvo del desierto, un proceso que generalmente tarda un día y medio, según datos de Generadora Metropolitana.
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