Francia.
Pasar 10 días viviendo en el interior de una botella gigante. Esa es la meta de este artista francés que instaló su curiosa embarcación sobre el canal Saint-Denis de París a las puertas del Estadio de Francia, una de las sedes emblemáticas de los juegos olímpicos.
“Era la idea de una botella en el mar eso es lo que me interesó al principio este objeto que viene de lejos y de repente aparece en un lugar que nos cuenta una historia de otro lugar, y al mismo tiempo lo que me gustó de la idea de la botella en el mar es que de hecho es un imaginario compartido. Es muy simple todo el mundo tiene la idea de encontrar un día una botella arrastrada por la corriente en el canal o quizás en otro lugar, de hecho hay algunas que aparecen por ahí de vez en cuando”, explicó Abraham Poincheval, artista francés.
La performance del artista de 52 años busca cuestionar tanto la intimidad como el uso que se hace del espacio público en momentos en que muchos comparten su vida en las redes sociales. “Es un aislamiento, una reclusión y al mismo tiempo está abierto a todas las miradas, así que también da lugar a la intimidad también habla del interior de la cuestión de cómo vivimos en los lugares. Y también está frente a la gente que vive aquí así que es la gente que abre la ventana por la mañana y me ve viviendo allí así que ahí lo tienes también es una relación que se desarrolla así”, contó Poincheval.
La botella mide seis metros por dos y está equipada con retretes secos, una pequeña turbina eólica y paneles solares para tener un mínimo de electricidad para iluminación y ventilación.
La performance fue parte de un itinerario artístico a lo largo del canal durante los Juegos Olímpicos.
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