EE. UU.

Días después de la filtración de documentos del Tribunal Supremo, Leslie Tempelton ve su misión más clara que nunca. La activista de derechos reproductivos, se prepara para hablar en una concentración frente al Tribunal Supremo. “Quiero que la gente se dé cuenta de que el aborto es un servicio sanitario que salva vidas, si se anula, se perderán vidas”, dice la activista.

Para esta joven de 25 años, la lucha por el derecho al aborto es algo personal, forma parte del tercio de mujeres estadounidenses que viven con alguna discapacidad, algo que hace que pueda sufrir más complicaciones durante el embarazo. “Temo por la vida de las mujeres con enfermedad renal, no sabes lo que te depara el futuro, es una cuestión de vida o muerte y para muchos, esa realidad es aterradora”, expresa la activista.

En su lucha por las mujeres con alguna discapacidad, el arma elegida por Leslie es la protesta. También, quiere representar a los que no pueden asistir físicamente a la manifestación. Junto con jóvenes activistas de todo el país, lleva este asunto hasta las puertas del Tribunal Supremo en Washington.

“Nadie debería obligar ni a mí ni a nadie a poner en riesgo mi vida por un feto. Mi cuerpo discapacitado no es la incubadora de nadie, mi vida es importante para mí, mis amigos y mi familia”, dijo Leslie en la concentración.

Ahora que se acercan las elecciones legislativas en noviembre, el derecho al aborto estará al centro del acalorado debate y Leslie está decida a alzar su voz.