Escocia.

El pequeño pueblo de Argyll se encuentra en Loch Long, en las montañas escocesas, un paraíso para los amantes de la naturaleza, pero hay un problema, el plástico, toda la orilla del lago está llena de basura.

Tenemos millones y millones de trozos de microplástico. Cuando baja la marea hay microplásticos en la arena y cuando sube es más bien una sopa de microplásticos”, contó una habitante del pueblo.

Jacqueline Willis trabaja con una organización local para la conservación. Junto con los habitantes de la zona, toman muestras periódicamente. El plástico forma una gruesa capa en la orilla, mezclada con algas marinas, que se extiende cientos de metros.

“Todo esto viene al lago, viene por el río, por el mar de Irlanda, viene de todas partes. Es basura tirada por negligencia, acaba donde no debe”, relató un habitante del pueblo.

La escuela de primaria local está justo al lado del lago. Los niños están muy familiarizados con la basura.

“Solíamos jugar allí, ahora no podemos porque apesta, ya hay montones de basura. Me da mucha rabia y tristeza, vivo justo al lado de la playa y huele fatal”, dijeron los estudiantes.

Los ecologistas de Loch Long se centran en la educación, Jacqueline Willis visita las escuelas, incluidas las de Glasgow. Habla con los niños de lo importante que es evitar el plástico no reutilizable, mientras tanto los vecinos siguen exigiendo medidas a las autoridades escocesas.

“Me deprimo al verlo, se requieren grandes medidas, se necesitan cosas como un sistema de devolución de botellas, prohibiciones de artículos de un solo uso, necesitan grandes soluciones”, relató Willis.

Ahora hay un rayo de esperanza, un nuevo proyecto de investigación. Los residentes esperan que los científicos escoceses encuentren una solución innovadora para acabar con el plástico que está destrozando su hermoso Loch Long.