Artículos o noticias

Bérgamo vive faceta de esperanza, luego de ser epicentro de la pandemia

• Bookmarks: 12


Italia.

El padre Mario Carminatti, comparte innumerables recuerdos de muchos que yacen en el cementerio: “este era miembro de la parroquia que yo dirigía”, comentó el padre. Casi todos los que están enterrados en esa sección del cementerio, murieron de COVID-19, es la primera vez que el padre Mario viene aquí desde que la pandemia asoló la región: “es como retroceder meses, revivir los momentos con aquellos que ya no están aquí”.

Aterradoras imágenes dieron vuelta al mundo: camiones militares cargados de ataúdes. A comienzos de marzo, los cuerpos de los fallecidos, fueron llevados a otras ciudades en Italia. Los crematorios estaban desbordados, mientras Bérgamo era el epicentro de la pandemia en Europa. La pintoresca ciudad se convirtió en un campo de muerte.

El interrogante de si esta tragedia pudo haberse evitado, sigue sin respuesta. Muchos acusan al gobierno local y al regional de haber impuesto los cierres demasiado tarde. El alcalde de Bérgamo, rechazó peticiones de entrevistas.

Al inicio, la situación de la pandemia tomó por sorpresa a los médicos, como era de esperarse, y la situación en los hospitales era equiparable a una guerra, comentó el personal sanitario: “recuerdo que una noche, a eso de las 8, estaba buscando bolsas para cadáveres porque se habían agotado todas las bolsas por la gente que estaba muriendo”.

Momentos como ese son cosa del pasado, pero la pandemia aún no ha terminado. Él y su equipo tienen esperanzas, dado el avance de la vacunación y por todo lo aprendido: “volverán a registrarse olas de contagios porque hay nuevas mutaciones del virus, la ventaja es que ahora sabemos más sobre el enemigo”. Han implementado procedimientos médicos y aprendido a lidiar con la situación.

El doctor Angereti, lleva un diario, dice que es como una terapia relatar aquellas dramáticas jornadas. Esos relatos fueron llevados al periódico local y conmovieron a muchos lectores, incluso al papa, quien lo invitó al Vaticano.

Las imágenes de los camiones que salían de la ciudad cargados de cuerpos, pronto se convirtieron en el ícono de la tragedia que conmocionó a Italia y a toda Europa.

Antes de su partida, el padre Carminati, solía dar la última bendición a los fallecidos. El padre acompañaba a los seres queridos que estaban confinados en casa, haciendo sonar las campanas para avisar cada vez que los camiones partían cargados de muertos. “Les dije a mis sacerdotes que al finalizar la pandemia, deberíamos ser capaces de mirarnos al espejo. Debemos ser pastores y no huir cuando nuestro rebaño tiene problemas y sufre”, dijo el padre Carminati.

Un año más tarde siente que el miedo se ha transformado en un sentimiento de solidaridad, pero superar el trauma colectivo llevará tiempo, no solo en la Iglesia, sino en toda la región.

Por: Deutsche Welle.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
761 views
bookmark icon
Diseño y Hosting web por