Chile.
Ataviado con su boina y la pintoresca carreta en la que carga a cuestas su instrumento portátil, Luis Lara, uno de los menos de 50 organilleros que quedan en Chile, recorre las calles, semi vacías de la capital, haciendo sonar sus canciones a cambio de unas monedas.
“Ha quedado al desnudo la precariedad, la informalidad de nuestro sector, del sector cultural y también la deuda histórica que tiene el Estado respecto al sector y sobre todo en actividades como el caso de ello, quizás son muchísimas más vulnerable porque dependen exclusivamente la suerte de la calle a que haya turismo y hoy día el turismo también no es posible”, explicó la ministra de Cultura de Chile, Consuelo Valdés.
Los primeros intérpretes del organillo llegaron desde Alemania e Italia en el siglo XIX, instalándose en Chile, una tradición cultural. Sin embargo, en las últimas décadas este oficio ha ido perdiendo adeptos. Y aunque no existe un catastro oficial, fuentes del gremio estiman que sólo quedaban en torno a 50 en todo el país.
La profesión declarada Tesoro Humano Vivo de Chile en 2013 y Patrimonio Cultural Inmaterial del país desde 2017, ha sobrevivido a lo largo de las décadas como una herencia familiar que se traspasó de generación en generación en las casas y talleres.
Esa es la historia de Luis, que lleva trabajando en este oficio cuarenta y cuatro años y en su familia hay nueve más que se dedican a esto: “Conozco mucha gente. La gente me felicita por lo que yo hago, porque aquí en Chile este trabajo es un trabajo cultural y el Gobierno lo catalogó como patrimonio nacional, tesoro humano vivo al organillo. Entonces nunca voy a dejar de hacer organillero. Antes molestaba mucho la autoridad de la policía, los inspectores, porque pensaban que uno andaba molestando con el organillo, pero ahora que el organillo es su patrimonio, ahora lo respetan”, dijo Luis.
La llegada de la pandemia el pasado marzo y los cinco largos meses de confinamiento posteriores silenciaron los organillos de estos buhoneros, y algunos de ellos se vieron obligados a adaptar su profesión y pasearse balcón en balcón para que les lanzaran con suerte algún billete.
Chile, con más de 400 mil infectados y más de 10 mil muertos por coronavirus parece haber superado el pico de la pandemia y se encuentra en plena apertura gradual de la economía y desconfinamiento que está devolviendo a la gente las calles.
Por: EFE.
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