Houston, EEUU.

Como lo hicieron sus ancestros, Nora AlMatrooshi también estudió las estrellas y desde niña soñó con viajar a la Luna. Esta semana se convirtió en la primera mujer astronauta árabe graduada en un programa de la NASA y está lista para cumplir ese anhelo.

Nacida en 1993 en Sarja, Emiratos Árabes Unidos, cuenta que en la escuela, durante una clase donde se hablaba del espacio, la maestra simuló un viaje a la Luna. Colocó una carpa en la sala de clases a modo de nave espacial donde los alumnos entraron y emprendieron vuelo. Luego, debieron salir para una caminata lunar.

«Vimos que había apagado las luces de nuestro salón de clases, tenía todo cubierto con una tela gris. Y ella nos decía que estábamos en la superficie de la Luna. Ese día se me quedó grabado«, dice enfundada en su traje azul de astronauta, que lleva su nombre y la bandera de su país.

«Recuerdo haber pensado: Esto es asombroso, quiero hacer esto de verdad, quiero llegar a la superficie de la Luna. Y ahí fue cuando todo empezó», contó.

Ingeniera mecánica y con experiencia en la industria del petróleo, Nora fue uno de los dos candidatos a astronauta seleccionados por la Agencia Espacial de Emiratos Árabes Unidos en 2021 para ser formados en un programa de la NASA, gracias a un plan de cooperación.

Luego de dos años de duro entrenamiento, que incluyó simulación de caminatas espaciales, Nora y el piloto Mohammad AlMulla se convirtieron oficialmente en astronautas emiratíes, junto con otros diez aspirantes de la agencia espacial estadounidense.

Esto miembros de la promoción «The Flies» (Las Moscas) ahora son elegibles para misiones de la NASA a la Estación Espacial Internacional (EEI), en las misiones Artemis a la Luna y, si todo va bien, a Marte.

De hecho, la agencia emiratí anunció este año que construirá la esclusa de aire -canal de salida y entrada a la nave- del Gateway, la futura primera estación espacial de la humanidad alrededor de la Luna.

«Quiero llevar a la humanidad más lejos que nunca. Quiero que la humanidad regrese a la luna, que la humanidad vaya más allá de la Luna y ser parte de ese viaje», explicó.

Otras mujeres árabes ya han participado de misiones privadas al espacio, como la biomédica saudí Rayyanah Barnawi, parte de la segunda misión de Axiom Space a la EEI en 2023, o la egipcia Sara Sabry, quien en 2022 tripuló la nave Blue Origin NS-22 en un vuelo suborbital.

Hijab «made in NASA»

Debido a su fe musulmana, AlMatrooshi lleva el cabello cubierto con un hijab. La NASA armó un plan para que su cabellera no quedase descubierta cuando ella tuviera que colocarse aquella enorme escafandra blanca con casco, el EMU (Extravehicular Mobility Unit, en inglés).

«Una vez dentro del traje espacial, debes ponerte una gorra de comunicación [capucha que lleva micrófonos y audífono], que también te cubre el cabello. Pero antes hay un espacio donde no uso nada sobre el cabello y debo colocarme la gorra de comunicación, y debíamos solucionarlo», detalla.

Dentro del EMU no puede usar su hijab convencional, porque solo se pueden vestir prendas con materiales específicos autorizados. «Así que los ingenieros de la NASA cosieron un hijab improvisado para mí, para que pudiera ponérmelo, entrar en el traje, colocarme la gorra de comunicación, luego retirarme el hijab y así mi cabello estaría siempre cubierto. Aprecio que hayan hecho eso por mí», cuenta.

Estados Unidos planea llevar de nuevo astronautas a la superficie de la Luna en 2026, en el marco de la misión Artemis 3, según la NASA.

«Creo que convertirse en astronauta es difícil, independientemente de cuál sea tu religión o tu origen. Así que no creo que ser musulmana lo hiciera más difícil», comentó AlMatrooshi.

«Pero ser musulmana me hizo consciente de las contribuciones de mis antepasados, de los eruditos y científicos musulmanes que me precedieron y que estudiaban las estrellas, y convertirme en astronauta es simplemente construir sobre ese legado de lo que comenzaron hace miles y miles de años», aseguró.