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Hallados dientes de macaco de 2,5 millones de años de antigüedad en Marruecos

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Marruecos.

Un equipo de científicos españoles y marroquíes ha descubierto seis dientes fósiles de macaco en el yacimiento de Guefaït, al noreste de Marruecos, de 2,5 millones de años de antigüedad. Su morfología es más parecida a la de la subespecie africana actual que a las formas fósiles de Europa, lo que aporta nuevas pistas sobre su dispersión en el pasado. 

Junto con los humanos, los macacos (Macaca), un grupo de monos del Viejo Mundo (cercopitecoideos) de la tribu de los papioninos, que también incluye los mangabeys, los babuinos, los mandriles, y los teropitecos o geladas, son los primates con una distribución más amplia en el mundo. En la actualidad, se conocen 23 especies, distribuidas por África y Asia.

En Europa, su presencia se limita a los anecdóticos macacos de Gibraltar, que son el resultado de introducciones del macaco de Berbería (Macaca sylvanus). Esta especie actualmente se encuentra de forma salvaje en el norte de África, a diferencia del resto de especies del género, que son asiáticas.

Sin embargo, en el pasado sabemos, gracias al registro fósil, que esta especie llegó a estar distribuida por gran parte de Europa, además del norte de África. En Cataluña, se han descrito restos con una antigüedad aproximada de un millón de años, procedentes de los yacimientos de Cal Guardiola y Vallparadís (Terrassa) y de Incarcal (Pla de l’Estany), entre otros. Se cree que todos los macacos fósiles de Europa desde el Plioceno inferior pertenecen a esta especie, salvo la especie insular extinta de Cerdeña (Macaca majori) y de los restos más antiguos del Mioceno terminal (hace poco más de cinco millones de años), que no se han atribuido a ninguna especie.

La presencia de macacos en el norte de África se remonta al Mioceno superior, con una antigüedad de unos 6 o 7 millones de años. Poco tiempo después, hace unos 5,5 millones de años, se encuentran los primeros representantes en Europa (España e Italia), donde migraron durante la Crisis de Salinidad del Messiniense.

Ahora, un estudio publicado en el Journal of Human Evolution y liderado por el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), describe nuevos restos fósiles de macaco procedentes del yacimiento de Guefaït, en el noreste de Marruecos.

En varias campañas de excavación llevadas a cabo durante 2018 y 2019, en el marco de un proyecto interdisciplinario de colaboración hispano-marroquí, se recuperaron más de 3.200 restos de vertebrados (anfibios, reptiles, y pequeños y grandes mamíferos, incluyendo elefantes, rinocerontes e hipopótamos, entre otros) del Pleistoceno inferior inicial, con una antigüedad cercana los 2,5 millones de años.

Dientes fósiles de macaco hallados en Marruecos. / Alba et al

Fósiles similares a los macacos de Berbería

Entre los fósiles recuperados se incluyen seis dientes de cercopitécido, cuya morfología ha permitido asignarlas al género Macaca. A partir del tamaño de los fósiles, los investigadores estiman que estos macacos tenían un peso aproximado de 12 kilos. Tanto el tamaño como la morfología de los dientes son compatibles con los de la especie actual del norte de África (el macaco de Berbería, Macaca sylvanus), aunque la adscripción a esta especie es tentativa.

Durante el Pleistoceno, la cuenca de Aïn Beni Mathar–Guefaït era una zona montañosa y bastante seca, caracterizada por la presencia de bosques abiertos y algunas masas de agua cercanas. Las preferencias del actual macaco de Berbería ―que ocupa una gran diversidad de ambientes siempre y cuando haya disponibilidad de agua y presencia de árboles de árboles más o menos cerca― es consistente con las reconstrucciones del paleoambiente de esta zona.

Los datos moleculares indican que Macaca sylvanus divergió antes que el resto de macacos actuales que encontramos en Asia. Los dientes de Guefaït son más parecidos a los de la subespecie africana actual que a las formas fósiles de Europa.

Es posible que la especie estuviese presente de forma ininterrumpida durante los últimos cinco millones de años en África, pero curiosamente hay un vacío en el registro fósil entre 2,5 millones de años y 200.000 años, que contrasta con el registro más continuo que se observa en Europa.

Según los científicos, futuros estudios deberán aclarar si esta ausencia se debe a una extinción local de esta especie en África o si, simplemente, se trata de un problema de muestreo. La investigación también constata la ausencia de geladas en Guefaït, un género de primate que sí ha sido descrito en Ahl al Oughlam, otro yacimiento marroquí que tiene casi la misma edad. Su ausencia podría obedecer a un muestreo insuficiente, o indicar una edad ligeramente anterior para Guefaït (previa a la dispersión de los teropitecos hacia el norte de África).

Por: SINC.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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