Ana Hernando.
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a unos 24 millones de personas en todo el mundo. Este trastorno se caracteriza por una importante deficiencia en la forma en la que las personas afectadas perciben la realidad. Algunos de sus síntomas son las ideas delirantes, creer erróneamente que algo es verdad, y las alucinaciones, la persona oye, huele, ve, toca o siente estímulos que no existen.
Un equipo de neurólogos de la Universidad de Nueva York de Shanghai (China) ha investigado ahora qué redes cerebrales están implicadas en una de estas distorsiones de la realidad: las ‘voces’ interiores o alucinaciones auditivas de estas personas. Los resultados del estudio se han publicado en la revista PLOS Biology.
El equipo llevó a cabo experimentos con electroencefalogramas (EGG) para medir las ondas cerebrales de cuarenta pacientes diagnosticados de esquizofrenia. De ellos, 20 tenían alucinaciones auditivas y los otros 20, no.
Dos conjuntos de señales afectados
Según explica Xing Tian, autor principal del trabajo e investigador en la universidad china, “estudios previos se habían centrado en los cambios estructurales del córtex auditivo y su relación con las alucinaciones auditivas. Incluso desde una perspectiva cognitiva, se sugería que estas voces estarían causadas por la pérdida del yo, es decir, una función inhibitoria alterada que impide a la persona reconocer que es ella misma quien genera esos pensamientos o sonidos, lo que lleva a la pérdida del sentido de control sobre sus propias acciones”.
“Sin embargo –agrega– a menudo se descuidan las percepciones internas que los pacientes experimentan en su mente, como en este caso, el ‘oír voces’. Por lo tanto, propusimos en este estudio la hipótesis de que hay dos conjuntos de señales en el cerebro afectados: el que genera la ‘voz’ en la mente y el que controla y monitoriza de dónde proceden estos pensamientos”.
Xing Tian y su equipo aportaron pruebas que indicaban que la red de transformación del sistema motor al auditivo y sus funciones operan de forma anómala.
“Según nuestro modelo –agrega– la copia de eferencia [señal del cerebro usa para predecir y comparar percepciones sensoriales] ‘ruidosa’ incrementa la sensibilidad de las poblaciones neuronales encargadas de procesar diferentes sonidos. Este aumento no se ajusta específicamente al sonido objetivo, como ocurre en personas sanas, sino que puede activar muchos otros ruidos cercanos y causar síntomas de alucinaciones auditivas”.
Aplicaciones en tratamientos
Los investigadores encontraron dos diferencias en los resultados de los encefalogramas en los pacientes con y sin alucinaciones auditivas. La primera fue que “la función de monitorización –inhibición a partir de la descarga de corolario– está interrumpida en los pacientes con estas alucinaciones, pero permanece intacta en los pacientes que no las tienen”, explica Xing Tian.
En segundo lugar, “la función generadora –potenciación a partir de la copia de la eferencia– es ruidosa en los pacientes con alucinaciones auditivas. Sigue funcionando, pero no es tan precisa para activar el sonido objetivo como en las personas sanas”.
En cuanto a las posibles aplicaciones de esta investigación, el neurólogo señala que sus hallazgos sugieren que “es probable que los sistemas motor y auditivo trabajen en conjunto. Por lo tanto, dirigirse a estos nodos de la red mediante métodos de modulación neural no invasivos podría ser una estrategia viable de tratamiento e intervención para aliviar las alucinaciones auditivas”.
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