ParísFrancia.

El debate sobre los costos de la lucha contra el cambio climático arrecia ante la actual crisis energética, que los ecologistas ven como una oportunidad para iniciar la ansiada transición hacia fuentes limpias.

«Me parece muy preocupante que nuestros líderes políticos en Europa sean incapaces de comunicar que el incremento del coste de la vida en actualidad está causado por los altos precio de los combustibles fósiles«, explicó a AFP Johan Rockstrom, director del Instituto Potsdam sobre Cambio Climático.

Rockstrom presentó esta semana «Earth for All» (La Tierra para todos), una obra en el que acusa a los gobiernos de haber tardado a la hora de enfrentarse a la crisis del petróleo y gas, desencadenada en gran parte por el conflicto en Ucrania.

«La única razón por la cual tenemos esta crisis ahora es que hemos sufrido 30 años de falta de inversión», acusó.

«Venimos diciendo desde 1990 que necesitamos abandonar los combustibles fósiles», añadió.

Fue en 1992 cuando la comunidad internacional dio el primer gran paso, al reconocer en la Conferencia de Río el desafío del cambio climático.

Y fue en 2015 cuando 196 partes firmaron el Acuerdo de París, con objetivos concretos, el más importante de los cuales era atajar el aumento de la temperatura del planeta a un máximo de 2ºC -e idealmente 1,5ºC.

Reducir las emisiones de CO2 es la clave esencial de ese objetivo, y ahí es donde arrancan las disputas.

Los verdaderos costes del cambio

El precio de intentar alcanzar el objetivo de cero emisiones de CO2 será de 5 billones de dólares anuales en las próximas tres décadas, según un cálculo de la consultora McKinsey.

Y al mismo tiempo, el coste de la energía se está disparando a máximos alarmantes en Europa. Alemania tiene encima de la mesa una factura de 995 euros por megavatios/hora para garantizar su suministro de electricidad, Francia 1.100 euros. Eso supone diez veces más que hace un año.

«Durante décadas nos han dicho que acabar con los combustibles fósiles tendría un coste cero o incluso sería benéfico. Ahora estamos viendo los inmensos costes económicos y de seguridad» tuiteó recientemente Bjorn Lomborg, presidente del centro de análisis Copenhaguen Consensus.

En su libro, Rockstrom propone que el Fondo Monetario Internacional ayude a sufragar la transición energética en todo el planeta con 1 billón de dólares anuales.

Pero actualmente los firmantes del Acuerdo de París ni siquiera se ponen de acuerdo sobre los 100.000 millones de dólares que supuestamente ya deberían estar entregando los países ricos a los menos avanzados, ya sea en ayudas directas o en préstamos y cancelación de deuda.

Esa promesa, que cada año es incumplida parcialmente, será uno de los temas de discusión en la próxima conferencia del cambio climático en Sharm el- Sheij (Egipto), la COP27, en noviembre.

Futuro pesimista

Las oleadas de calor históricas en Europa, las recientes inundaciones en Pakistán alertan de lo que está por venir, insisten Rockstrom y los científicos climáticos de la ONU (IPCC).

El reciente megapaquete legislativo aprobado por el Congreso estadounidense, por 370.000 millones de dólares, es una ilustración del escaso impacto real en el complejo mundo del cambio climático, critica en cambio Lomborg.

Las subvenciones para vehículos eléctricos o para las energías renovables que contiene esa ley estadounidense apenas modificará el aumento de la temperatura planetaria en… -0,0005ºC de aquí a 2100, según una estimación de este experto, que utilizó el mismo modelo estadístico que la ONU para sus proyecciones.

Rockstrom se considera «bastante pesimista» ante el futuro, mientras que poco a poco, otros elementos se introducen en el debate, como por ejemplo el recurso a la energía nuclear.

Japón y Alemania ya están estudiando prolongar la vida de sus centrales o incluso abrir nuevos reactores, más seguros.

La energía nuclear, presente en 32 países, representa un 10% de la energía mundial, el mismo porcentaje que la capacidad instalada de las energías renovables en 2021.

Por: Jordi Zamora.