XINHUA

Grandes represas, en la andina región central de Junín, a casi cinco mil metros de altitud, proveen de agua a cerca de 10 millones de residentes en la capital peruana, conteniendo una capacidad de 330 millones de metros cúbicos del recurso hídrico. En la localidad de Marcapomacocha se ubica una red de lagunas y represas que proveen de esta agua a Lima.

«Tenemos tres grandes represas: la represa de Yuracmayo, la represa de Huascacocha y ésta que es la represa de Antacoto, que es la más grande; esta represa que tenemos acá al fondo, nos permite acumular 120 millones de metros cúbicos que lo vamos descargando en épocas de sequía, en épocas que no hay lluvia» – Rudecindo Vega, presidente de Sedapal.

El proceso de captar agua potable para Lima, al igual que en casi toda la región costera, no es fácil, porque prácticamente es zona desértica y hay que conducirla desde las alturas andinas, enfrentándose a problemas geográficos y entre los meses de diciembre a abril está la época de torrenciales lluvias en los andes, ocurriendo los llamados «huaycos»(deslizamiento de tierras y rocas en las zonas de quebrada); paralelamente, se suma la contaminación por relaves mineros, las descargas de las industrias y los residuos domésticos que se arrojan a los ríos.

Las autoridades correspondientes tienen previsto 700 proyectos, como la construcción de represas y sistemas de acueductos transandinos, directamente desde las altas montañas, hasta las plantas potabilizadoras, para 2021.