Por: Anabel Casillas y Ricardo García (México).
Hay una fuerza invisible a nuestro alrededor que, sin saberlo, nos protege de las inclemencias del clima espacial y que si no existiera ya habría acabado con la vida como la conocemos.
Podemos pensar en el campo electromagnético de la Tierra como si fuera un gran imán que se encuentra a muchos kilómetros por debajo de nuestros pies. Muchas veces nos resulta muy difícil a nosotros, como minúsculos seres humanos, entender las distancias y magnitudes de aquello que nos rodea, tanto así que mucho tiempo atrás se creía que el centro de la Tierra estaba hueco, o que en él habitaban criaturas fantásticas encargadas de determinar el destino de quienes caminamos sobre la superficie de la corteza terrestre o navegamos sus mares.
Hoy sabemos que en el centro de la tierra existe un núcleo sólido de hierro a muy altas temperaturas que, dada la inmensa presión y calor que existe en este lugar, adquiere unas propiedades magnéticas que actúan como un gran imán que nos ayuda desde a poder navegar con confiabilidad utilizando una brújula hasta proteger nuestra atmósfera de los poderosos rayos solares y evitar que se evapore en el vacío del cosmos.
“El campo electromagnético de la Tierra funciona como un imán gigante, pues el hierro fundido en el núcleo de la tierra está bajo tanta presión que aunque esté a una temperatura muy alta permanece sólido, dándole propiedades magnéticas” nos comentó la doctora Ana María Soler, doctora en sismología y física del interior de la Tierra de la UNAM. “Esta fuerza es la que mantiene a raya a los poderosos rayos cósmicos que podrían dejar sin atmósfera a la Tierra, tal como sucedió con Marte y su débil campo magnético”.
En la actualidad existe un fenómeno que está causando mucho revuelo: la inversión de los polos magnéticos. Es decir, que el sur se vuelva el norte y el norte pase a ocupar el espacio del sur. “Este fenómeno, si bien sucede más o menos cada millón de años, es gradual y lo más probable es que suceda hasta dentro de 200 mil años” añadió la doctora Soler.
Una de las áreas de experiencia de la doctora Ana María Soler es el estudio de sitios prehispánicos y cómo algunos elementos de los mismos guardan las fechas en que fueron modificados gracias al fluctuante campo electromagnético de la tierra. “Las líneas del campo magnético quedaron guardadas en las piezas mesoamericanas cuando fueron hechas. Así, con una muestra, es posible verlas en el laboratorio y hacer dataciones muy precisas” elaboró la doctora Soler. “Incluso me han llegado a decir los arqueólogos: ‘Acabo de recibir los resultados del análisis con Carbono-14 y son idénticos a los que tú me diste’. Y pues sí, yo trabajo con ciencia, no con una bola de cristal” concluyó la doctora Soler.
Si quieres escuchar la entrevista completa, está disponible en http://radio.udg.mx/
¡Nos leemos en la próxima ocasión!
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Anabel Casillas y Ricardo García son divulgadores de la ciencia. A través del programa radiofónico Ultravioleta, visibilizan el trabajo de las mujeres científicas a las que la historia en ocasiones no hace justicia.
Para conocer más sobre mujeres que hacen ciencia, te invitamos a escuchar nuestro podcast, Ultravioleta, visitando www.radio.udg.mx o escríbenos a nuestro Twitter, @UltravioletaFM.
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