En Colombia, el país de las aves, recibe observadores de aves. Pues esta región posee la mayor diversidad del mundo en este rubro. Un niño ha encontrado su vocación de observador. Una noble y poética actividad que se contrapone a la violencia del conflicto armado que hasta hace poco le hacía imposible acceder a la selva para escuchar el cantos de los pájaros.