Alemania. En la sala de control de Rolls-Royce al sur de Berlín, ingenieros de seguridad supervisan más de nueve mil motores en todo el mundo, mucho antes de que los propietarios de los aviones comerciales noten un fallo, los sistemas aquí dan la alarma, inteligencia artificial trabajando. Los sistemas se alimentan de enormes cantidades de datos. Sus motores suministran datos en sus operaciones y estos datos los analizan. Están pendientes de...