Por: Camilo Cortés-Useche (Colombia). Recuerdo sobre el litoral rocoso de la Bahía más linda de América, un Peñón que siempre tentó mis deseos de probar las leyes de la física y romper los miedos naturales a las alturas. Debo confesar que al llegar a la cúspide, mi respiración era más agitada, el sudor brotaba a cántaros por mis manos y la mirada se desenfocaba sobre el gran océano. Durante algunos minutos, que yo consideraba eternos ahí...