El paso de los bosques densos a las llanuras abiertas durante el Mioceno podría haber facilitado la configuración y el desarrollo de la comunicación vocal de los primeros homínidos, según un estudio de la Universidad británica de Warwick.
Se trata de un cambio que implicó una transición de sonidos basados en algo parecido a vocales a sonidos basados en consonantes. La investigación se publica en la revista Scientific Reports.
Hace entre 5,3 y 16 millones de años, a mediados y finales del Mioceno, los paisajes africanos dejaron de ser bosques para convertirse en amplias praderas, un cambio que empujó a los antiguos primates u homínidos de los árboles al suelo, recuerda un comunicado de Warwick.
Sin embargo, no está claro qué impacto tuvo esta transformación del paisaje en la vocalización de los homínidos, ya que los tejidos blandos necesarios para estudiarlo no se conservan en los registros fósiles.
Para tratar de aclararlo, los investigadores analizaron a un grupo actual de grandes simios, que emiten sonidos parecidos a vocales y a consonantes.
Los orangutanes, en particular, los emiten de forma combinada, similar a una sílaba. «Nuestros resultados demuestran que los grandes simios vivos son una especie de máquinas del tiempo que nos permite reproducir etapas clave de la evolución del habla, el lenguaje y, en última instancia, de la mente humana«, subraya la investigadora Charlotte Gannon.
Las llamadas
Gannon y Adriano Lameira, también de Warwick, junto a Russell Hill, de la Universidad de Durham, estudiaron las llamadas audibles de los orangutanes en una sabana sudafricana.
Reprodujeron 487 llamadas de orangutanes de Sumatra y Borneo y registraron su audibilidad a intervalos de 25 metros, cubriendo una distancia de 400 metros.
Los resultados mostraron que las llamadas basadas en consonantes seguían siendo audibles a distancias más largas que las basadas en sonidos vocálicos. Alrededor del 80 % de los sonidos consonánticos eran audibles a 400 metros, mientras que menos del 20 % de las llamadas vocálicas lo eran a la misma distancia.
Esta investigación sugiere que las llamadas basadas en consonantes son más eficaces en paisajes abiertos.
Dado que las consonantes desempeñan un papel importante en las lenguas humanas modernas, los autores sugieren que la transición a las llanuras abiertas podría haber sido fundamental en la configuración de la comunicación vocal de los primeros homínidos.
Según Adriano Lameira, primatólogo y psicólogo evolutivo, «la aparición del lenguaje hablado durante el proceso de la evolución humana suele atribuirse a las nuevas capacidades mentales y cognitivas avanzadas a las que accedieron nuestros antepasados, pero a menudo no somos conscientes de que los organismos solo adquieren nuevas características y rasgos mediante la adaptación a nuevos entornos y nuevos retos».
«Nuestros hallazgos plantean la intrigante posibilidad de que todas las lenguas del mundo incluyan consonantes porque nuestros antepasados simiescos descendieron de los árboles debido al cambio climático hace millones de años, trayendo consigo sonidos consonánticos que resultaron mucho más eficaces que los vocálicos para la comunicación a distancia en paisajes más abiertos y secos», concluye.
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