Por: Paola Gordon Luna (Panamá-México).

Si no sabes qué significan las letras del título de este artículo, definitivamente vives en un mundo paralelo, te estás perdiendo la realidad del presente y no entenderás el futuro; pero ojo, ten cuidado de no estar demasiado inmerso en el mundo XR, porque también te estarás perdiendo la realidad del presente y no entenderás cómo llegamos al futuro.

La Realidad Extendida o lo que se conoce como XR por su nombre en inglés Extended Reality se refiere a la combinación de los ambientes reales y virtuales facilitados por la tecnología computacional y dispositivos de apoyo que desafían nuestros cerebros, permitiéndonos experimentar sensaciones en espacios virtuales que simulan los estímulos de los espacios reales.

El concepto de Realidad Extendida está en constante evolución, y no es de extrañar, ¿son reales las experiencias que obtenemos a través de dispositivos de Realidad Aumentada o Realidad Virtual?

La línea es cada vez más delgada entre lo que es real y lo que es virtual, así como lo explican Paul Milgram y Fumio Kishino en su concepto del continuo de la virtualidad, donde plantean una escala continua cuyos extremos están regidos por lo que representa el mundo real, por un lado, y lo que representa el mundo virtual por el otro.

La Realidad Extendida engloba, por ahora, lo que se conoce como Realidad Virtual (RV), Realidad Aumentada (RA) y Realidad Mixta (RM) que en inglés sería Virtual Reality (VR), Augmented Reality (AR) y Mixed Reality (MR).

Los orígenes de la Realidad Virtual se remontan incluso más allá de 1929, pero fue en ese año cuando Edward Link revolucionó el mundo de la aviación al diseñar simuladores de vuelo para entrenar a los pilotos de vuelos de una manera más económica y más segura.

Luego, en 1945, Thelma McCollum patentó la primera televisión estereoscópica sentando las bases para la visualización en tres dimensiones (3D) y después, en 1955, Morton Heilig describió su visión de una sala de cine multisensorial en su publicación titulada «El Cine del Futuro”, y logró construir un prototipo llamado Sensorama que fue patentado en 1962.

También en los sesenta, Heilig agregó un dispositivo a su prototipo de Sensorama llamado “La Máscara Telesférica”, que consistía en una pantalla montada en la cabeza, que era capaz de reproducir imágenes estereoscópicas (3D) con una amplia visión, sonido, vibraciones e incluso olores. Posteriormente, diversas mejoras y nuevos prototipos tuvieron lugar hasta llegar a lo que conocemos hoy.

A diferencia de la década de los años veinte, hoy contamos con internet, mayor capacidad de computación, de almacenamiento y transmisión de datos e información, así como también, mayores oportunidades de colaboración, lo que está detonando el despliegue de nuevos desarrollos y tecnologías.

En 2014, Facebook compró Oculus por dos mil millones de dólares, desde entonces se ha acelerado aún más la integración de plataformas virtuales más avanzadas como Meta Quest 2 que promete una experiencia de juego sin límites entre lo real y lo virtual.

Sin embargo, producir experiencias realistas y útiles requieren más que hardware, software y sensores avanzados, también requieren alta capacidad de análisis y comprensión para unir tecnologías dispares, coordinar dispositivos, lineamientos y regulaciones para hacerlos aptos y seguros para distintos ambientes reales, así como también, lineamientos de producción amigables con el medio ambiente real, de uso por parte de la sociedad, así como también, para los propietarios y comerciantes.

Aprendizaje y medio ambiente con XR

Aunque de una forma u otra la XR ha estado en nuestras vidas en las últimas décadas, su despliegue apenas está por comenzar.  En el entorno académico, diversos estudios sustentan que los elementos de la XR favorecen un entorno de aprendizaje. Por ejemplo, un estudio conducido por la universidad pública canadiense de Saskatchewan encontró que el uso de VR mejoró la precisión de habilidades y relaciones espaciales de estudiantes de medicina en un 20%.

En América Latina, ya estamos viendo casos en donde se está utilizando VR para la impartición de clases, como por ejemplo en el Tec de Monterrey en México donde los estudiantes pueden asistir a clases con sus avatares personificados en el campus virtual.

La AR también presenta oportunidades para mejorar los entrenamientos, no sólo para agilizar el proceso de aprendizaje, sino también para reducir los riesgos laborales asociados como lesiones físicas, siempre y cuando se tomen las medidas adecuadas en el espacio virtual donde se realiza el entrenamiento.

En el ámbito de sostenibilidad ambiental, un equipo multidisciplinario de científicos, tecnólogos, diseñadores, cineastas, entre otros han creado The Hydrous, una organización sin fines de lucro para que las personas puedan explorar, comprender e involucrarse con los ambientes marinos, los cuales están siendo severamente afectados por el ser humano.

Para hacer frente a este desafío, los investigadores están estudiando cómo los seres humanos podrían experimentar en un entorno marino virtual, las consecuencias del cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos marinos utilizando VR.

También están estudiando el impacto de que las personas experimenten tener una “doble inmersión”, al estar sumergidos físicamente en el agua y al mismo tiempo en un entorno virtual, para crear una conexión emocional con los océanos y que pueda conducir a acciones más sostenibles confiando en las teorías de la cognición incorporada para establecer las preguntas de investigación.

Sin duda, la XR se convertirá en una parte habitual de nuestras vidas, hoy más que nunca antes avanza a un ritmo vertiginoso. Ciertamente, la XR no reemplazará la realidad física, pero introducirá una superposición que a menudo se extenderá al mundo real.  Espero que, en la dirección correcta, para crear más empatía entre las personas y con el medio ambiente natural que nos rodea y que es irremplazable.

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Pao­la Gor­don Luna es especialista en gestión de recursos naturales. Tiene estudios en Biología y en Manejo de Proyectos en la Universidad de Panamá y en la Universidad de Utah. Es Maestra en Ciencias en Manejo de Recursos Naturales por la Universidad de Guadalajara. Actualmente, en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoya a los gobiernos brindando asistencia técnica para mejorar el desempeño y la eficiencia de los sistemas de agua potable y desarrollar estrategias de planificación hídrica.