Por: Ca­mi­lo Cor­tés-Use­che (Co­lom­bia).

No sé por qué el océano tiene el poder de arrugarnos o realzar nuestros sentimientos. Yo, personalmente, he dedicado parte de mis años a las aguas del Atlántico, un océano joven geológicamente y con el poder de soportar el 20 % de la superficie marina. Nada me hace dudar de los encantos y mares que posee, con sus paradisíacas islas y costas, de su irrevocable generosidad para el desarrollo social.

Probablemente es un lugar para encontrar las bases del origen cultural entre el viejo y el nuevo mundo, que tiene tanto poder místico. Nada me hace titubear tampoco de las maravillas que en las profundidades día a día me cuestionan sin clemencia. Sin embargo, para fortuna mía encontré en aguas del Pacífico un gigante océano que a nuestros ojos penetrantes raramente hace honor a su nombre, con un poder tal que es escenario de mareas, tifones, tsunamis y actividad volcánica exuberante. Tuvo en mí, un efecto ávido de sensaciones, aguas tranquilas en la bahía, que a su vez son oscuras, con un paisaje pintado de cuevas y atardeceres radiantes.

Así con ese contraste de escenarios, me dio una lección de serenidad, desbordando oportunidades y nuevos retos como un navegante intrépido en busca de vida.

Ayer en Montreal Canadá se puso en marcha una nueva oportunidad para construir vida, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP 15), cuyo objetivo es proporcionar una visión estratégica y una hoja de ruta global para la conservación, protección, restauración y gestión sostenible de la biodiversidad y los ecosistemas para la próxima década. Entendiendo que la biodiversidad hace referencia a la amplia variedad de seres vivos, ecosistemas, genes y sus interacciones.

En esta ocasión la conferencia tiene como meta tripular el marco mundial sobre biodiversidad después de un 2020 turbulento. El primer borrador del marco, publicado en julio de 2021, se basa en las lecciones aprendidas del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica. Reconoce que se requiere una acción política urgente a nivel mundial, regional y nacional para transformar los modelos económicos, sociales y financieros, de modo que las tendencias que han exacerbado la pérdida de biodiversidad se estabilicen para 2030 y permitan la recuperación de los ecosistemas naturales, con mejoras netas para 2050.

Este año la reunión navega por un importante punto de inflexión al ser la primera de esta serie de cumbres en la que participa el sector privado mundial. Además, de convocar al barco a gobiernos y empresas de todo el planeta para establecer un nuevo pacto global.

El barco actualmente está representado por cerca de 200 países, participan a través de sus jefes de Estado o de Gobierno o, en su nombre, los ministros. También pueden subir al barco organizaciones internacionales, grupos de interés o asociaciones civiles comprometidas o interesadas en principio en un futuro sostenible, respetuoso y resiliente con la biodiversidad.

Hasta ahora estas cumbres han dejado a muchos capitanes encallados en promesas e ilusiones, tal cual náufragos en aguas pálidas y decadentes. Allí en Montreal, en el Pacífico o cualquier lugar, está la fortuna de salir de esas penumbras y encontrar la verdadera labor de vida.

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Ca­mi­lo Cor­tés  Use­che es Bió­lo­go Ma­rino. Maes­tro en Ma­ne­jo de Eco­sis­te­mas Ma­ri­nos y Cos­te­ros, doc­tor y post doc­tor en Cien­cias Ma­ri­nas. Su in­ves­ti­ga­ción en el área de la eco­lo­gía ma­ri­na en la Re­pú­bli­ca Do­mi­ni­ca­na le va­lió el re­co­no­ci­mien­to del “Pre­mio Dr. Alon­so Fer­nán­dez Gon­zá­lez 2020” a las Me­jo­res Te­sis de Pos­gra­do del Cin­ves­tav en la Ca­te­go­ría Doc­to­ra­do. For­ma par­te del mo­vi­mien­to Wave of Chan­ge del Gru­po Ibe­ros­tar, como Coas­tal Health Re­gio­nal Ma­na­ger, don­de tra­ba­ja en la sa­lud Cos­te­ra en la re­gión Ca­ri­be, lle­van­do a cabo in­ves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca.