Por: Durruty de Alba (México).
El Porfiriato fue uno de los momentos clave de esta articulación de los científicos con el Estado, a cuyos intereses sirvieron. En ese periodo los científicos, especialmente los dedicados a la astronomía de posiciones y a la cartografía, pudieron actuar en espacios que, como el Observatorio Astronómico y la Comisión Geográfico-Exploradora, fueron establecidos para satisfacer los intereses políticos y militares del gobierno de Porfirio Díaz mediante el conocimiento del territorio nacional.
Carlos Ortega Ibarra, reseña de Juan José Saldaña, Las revoluciones políticas y la ciencia en México, 2 volúmenes, CONACyT, México (2010), en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, n.º 49, (enero, 2015): p. 91
En un mensaje del estimado doctor Carlos Ortega Ibarra, jefe del Departamento de Servicios Educativos de la Dirección de Difusión de Ciencia y Tecnología del Instituto Politécnico Nacional (IPN), enviado a través de WhatsApp a las 05:22 de la mañana del pasado martes 1 de noviembre nos enteramos del fallecimiento del doctor Juan José Saldaña González, profesor titular de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, acaecido el 31 de octubre.
Saldaña fue el primer mexicano doctorado en Historia de la Ciencia (Institut d´Histoire des Sciences, Université de Paris I) y además un decidido promotor de dicha disciplina en nuestro país aunque también a nivel latinoamericano, pues como menciona Sara Angélica Ríos al referir su colaboración con otros colegas:
“Al lanzarse la revista llamada Quipu en México, Juan José Saldaña y el grupo de científicos e historiadores de varios países de Latinoamérica pretendieron también el orientar al joven historiador a incorporar nuevas áreas de investigación como lo era el referente al campo científico y tecnológico, para así crear en América Latina una cultura científica que por lo general era olvidada” (Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Nº 212, 28 de febrero de 2000).
Entrevistado por Mirna Servín (“Lunes en la Ciencia”, La Jornada, 25 de junio de 2001) acerca de su regreso a México después del posgrado el doctor Saldaña comentó:
“Yo estaba preocupado porque los archivos científicos se habían quedado en Francia, sin darme cuenta que aquí teníamos magníficos documentos prácticamente desconocidos sobre nuestra actividad científica. Aquí había todo un panteón de grandes hombres y mujeres de ciencia, de instituciones y actividades científicas y políticas, con lo que poco a poco construí conjuntamente con mis alumnos una agenda de trabajo muy importante: el estudio de la ciencia mexicana”, campo al que haría importantes aportaciones permitiendo con ello la consolidación de la disciplina.
Prolífico autor, el doctor Saldaña publicó entre otros libros el monumental Ciudad de México, Metrópoli Científica: una historia de la ciencia en situación (Ediciones Amatl-Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, 2012), voluminoso ejemplar (32 x 23 cms) que en 10 capítulos y un total de 600 páginas da cuenta del acontecer científico en la Ciudad de México desde su origen hasta nuestros días.
Profusamente ilustrado y con las referencias pertinentes nos muestra al abordar la denominada “Ciencia Criolla” el trabajo de fray Diego Rodríguez (1596-1661), primer catedrático de Astrología y Matemáticas en la Real y Pontificia Universidad de México, quien no obstante el nombre de la cátedra conoció de la nueva teoría de Copérnico y propició una de las primeras tertulias científicas en la capital mexicana, aunque precisa el doctor Saldaña que su única obra publicada fue el Discvrso Etheorologico del Nvevo Cometa, visto en aqueſte Hemisferio Mexicano; y generalmente en todo el mundo. Eſte año de 1652… impreso en el taller de la “Biuda de Bernardo Calderon”.
Luego aborda la obra del sabio novohispano don Carlos de Sigüenza y Góngora, y sobre su Libra Astronomica y Philosophica… consigna: “Con este libro Sigüenza, quien había argumentado contra la creencia de los maleficios de los cometas y había descrito su naturaleza y comportamiento en forma moderna; es decir, desacralizando a los cuerpos celestes, y a partir de sus propias observaciones, con este libro se medía con un europeo llegado a México que poseía fama como “consumadísimo” matemático y como religioso jesuita… se vuelve necesario para Sigüenza adoptar precauciones en su estrategia argumentativa y advierte que su intención no es atacar al religioso sino al matemático” (Op. Cit. pp. 258-259).
Las colaboraciones a nivel latinoamericano propiciadas por el doctor Saldaña, además de la revista Quipu de la cual fue director fundador, también incluyen la fundación en 1982 de la Sociedad Latinoamericana de Historia de las Ciencias y la Tecnología de la cual fue presidente.
En 1996 vio la luz el libro Historia social de las ciencias en América Latina (Miguel Ángel Porrúa, México) con tres capítulos de su autoría en los cuales pasa revista al conocimiento científico manifiesto en las bibliotecas de sabios latinoamericanos, las instituciones formadas para el cultivo del conocimiento de la naturaleza y cómo se desarrolló la llamada “Ilustración americana”; también están en los otros capítulos las contribuciones de especialistas de varios países del continente quienes abordan la historia de la ciencia bajo el enfoque metodológico de “la ciencia en su contexto”.
Desde su formación de licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma de Nuevo León hasta los estudios de posgrado en la muy célebre Panthéon-Sorbonne la muy fructífera carrera del doctor Saldaña también tiene en su haber la organización y realización en 1997 del I Congreso Mexicano para el Avance de la Ciencia y la Tecnología (Comacyt), al cual quien esto escribe fue invitado como corresponsal del periódico El Occidental y pude atestiguar una muy interesante actividad donde se congregaron científicos de diversos campos exponiendo sus trabajos y dando cuenta que la actividad científica en México ya había madurado, en contraposición a los inciertos inicios durante la Ilustración novohispana y hasta los avatares decimonónicos; en abril de 2006 se celebró el III Comacyt. Descanse en paz doctor Juan José Saldaña.
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Durruty de Jesús de Alba Martínez es licenciado en Física adscrito al Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), dedicado a la divulgación e historia de la ciencia. Desde 1990 escribe sobre dichos temas en distintos medios de comunicación de Jalisco, México. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Física, la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y la Tecnología, del Departamento de Estudios Históricos de la Arquidiócesis de Guadalajara y de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.
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