Por: Wal­ter Pen­gue  (Ar­gen­ti­na).

Durante la primera semana de Octubre se realizó en Costa Rica el IX Congreso Latinoamericano de Agroecología 2022: «Diversidad biocultural para la salud de las comunidades y los ecosistemas«, organizado por la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, SOCLA, que además conmemora en este mes y año, sus primeros quince de existencia. 

En el encuentro se presentaron 182 trabajos científicos, 68 relatos de experiencias, 30 vivencias agroecológicas (vinculadas con alguno de los principios de la agroecología), 13 Talleres Participativos, 17 Mesas Redondas, sumadas a la participación de 128 jóvenes estudiantes de pregrado y 51 representantes de comunidades y organizaciones sociales. 

La emergencia de la agroecología como respuesta científica a la actual crisis de la agricultura y del sistema alimentario, se sostiene en su propuesta integral que va desde una oferta científica y metodológica propia, que apoya prácticas productivas en los territorios y finalmente se constituye en un acervo de conocimiento y propuestas novedosas para los movimientos sociales, que demandan tanto desde el ambiente como desde la ruralidad un reconocimiento explícito  de sus demandas como de los enormes servicios, no sólo productivos, sino ecosistémicos y de atemperación del cambio climático dados por este tipo de agriculturas. 

Es llamativo y motivador que el Congreso Científico, además de la convencional participación de académicos e investigadores provenientes de las ciencias agropecuarias, agronomía, ecología, biología, sociología, economía y de distintas formaciones y niveles diferentes se sumara la participación a través de Mesas, Paneles y Experiencias Agroecológicas en un pie de igualdad, la participación de comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes, comunidades pesqueras, agricultores y agricultoras de pequeña y mediana escala, juventudes rurales y urbanas, miembros de asociaciones y colectivos que fundamentan sus procesos de desarrollo sustentable a partir de los principios de la agroecología.

El Congreso de Agroecología referido fue el primero realizado en un país centroamericano y su repercusión se ha expandido por toda América Latina (participando representantes de casi todos los países de la región), Europa y los Estados Unidos. 

Si bien la agroecología se ha expandido por los cinco continentes, América Latina es la única región del mundo que cuenta con una sociedad científica constituida que fortalece capacidades en esta línea de investigación.  Hasta la misma FAO ha copiado inicialmente los avances desarrollados aquí para extrapolarlos y aplicarlos en otros territorios del planeta. 

Bajo el paraguas de SOCLA se han formado a nivel de Maestría y Doctorado los primeros doctores en agroecología en vinculación con Universidades de la región y apoyados por  pioneros de talla mundial en estas investigaciones.  El crecimiento de la disciplina es tal, que también bajo las premisas iniciales de la SOCLA (ver SOCLA Global https://soclaglobal.com/ ) se conformaron otras sociedades nacionales en América Latina en Brasil (pioneros en este camino), Argentina, Chile, que ya van por su segundo Congreso y México y potenciando acciones en prácticamente todos los países latinoamericanos. 

Un mes atrás, justamente, cada año el 9 de setiembre se conmemora en todo el planeta el Día Mundial de la Agricultura, en homenaje a las personas que le dedican su tiempo a la producción de alimentos. En los últimos años, la fecha se hace aún más especial cuando debemos recordar lo difícil que es enfrentar los retos del cambio ambiental global, el cambio climático y los conflictos sociales, culturales y ecológicos crecientes que están de cara directa al sector agrícola.

Y el próximo 16 de Octubre se conmemorará el Día Mundial de la Alimentación 2022, contexto actual que nos enfrenta a desafíos extraordinarios y a una imprescindible cooperación humana, que nos lleve más allá de los discursos y gestos, a la reflexión y la acción para sacar no sólo a los millones que quedan en el terrible submundo del hambre – una vergüenza humana imperdonable como especie –  sino arrancarlos de sistemas alimentarios que los enferman. 

La alimentación y el acceso a alimentos buenos, sanos y a precios justos para productores y consumidores en todo el mundo se convierten en un derecho. En un derecho humano como el acceso al agua, la tierra o los servicios de la naturaleza. Muy por encima del contexto mercantilista donde todo se compre o se venda.  Donde hay una necesidad, hay un derecho conculcado que deberá ser recuperado. Y así la agroecología viene trabajando desde su aporte científico y social en los derechos humanos que vinculan a los agricultores con sus necesidades.

En especial las de los más desfavorecidos. La justicia ambiental, el acceso a recursos básicos para la producción y garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos en contextos tan complejos como los que hoy enfrentamos encuentran en la agroecología un instrumento de transformación social y por supuesto de mayor estabilidad ambiental. Y de cuidado y protección de los niños, los diferentes géneros y los ancianos en el campo, segmentos que muchas veces son vilipendiados o desconsiderados por los propios congéneres. 

Ciencia y sabiduría y la consolidación de un Diálogo de Saberes constituyen otro de los baluartes que nutren a la perspectiva agroecológica. En agroecología, además del intercambio académico, se escucha, considera y utilizan los saberes de la mujer y el hombre del campo.

El conocimiento campesino e indígena pasa a ser central en una nueva visión y perspectivas sobre la agricultura y la alimentación. Y una revalidación de prácticas, que muchas veces son implementadas nuevamente y potencian una producción sostenible, aplicada localmente que resuelve la cuestión y el objetivo principal del sujeto agrario: la producción estable de alimentos. 

En un mundo tan complejo. Con ciudades cercadas por los conflictos sociales, económicos, culturales, ambientales y hasta por la misma guerra. O cerradas incluso por meses por posibles y nuevas pandemias, pensar sobre las formas de hacer agricultura y producir alimentos en las áreas cercanas o en las interfases urbano rurales, también se vuelven en cuestiones estratégicas. Hasta de geopolítica o supervivencia.

Los tiempos y los problemas cambian y ahora,  políticas públicas otrora consideradas de segunda o tercera clase pasan a ser necesidades del primer plano y se ponen junto con la energía, a la cabeza de la lista de prioridades.  ¿Qué comerá la población frente a estas crisis?  Y allí nuevamente la agroecología, con su aporte en sistemas ecoagroalimentarios que priorizan la producción y el cooperativismo por encima del lucro individual incluso a veces, ha demostrado ser uno de los instrumentos más adecuados para garantizar el derecho al alimento.  

Los graves problemas generados por la agricultura industrial leídos como contaminación, degradación de suelos, salinización, eutrofización, ingente uso de agroquímicos y fertilizantes sintéticos y una creciente carga de energía, sumados a un sistema alimentario quebrado, desbalanceado y perdido en su objetivo primario de alimentar, ponen a la agroecología en un escenario, donde muchas de la luces que le apuntan la iluminan como la verdadera alternativa sostenible para la agricultura

Un modelo productivo, estable, ecológico y sin dependencias externas que además sostiene fuertes lazos sociales, respeto por el ambiente y las culturas, que la convierte para muchos en un camino viable o al menos posible en muchos escenarios del planeta.  Uno de los pioneros de la disciplina, el Dr. Miguel Altieri lo explicó claramente hace poco tiempo: la agroecología es la agricultura del futuro (ver aquí https://www.youtube.com/watch?v=IHFcZJux1RU

SOCLA ha hecho un esfuerzo importante basado en la formación de los participantes en sus Congresos. Desde el primer encuentro en El Carmen del Vivoral, Medellín, Colombia hasta el realizado en la Universidad de Costa Rica, se han promovido Cursos de formación en las temáticas de la especialidad. El éxito de este último ha sido notable con más de 3000 participantes siguiéndolo por los canales virtuales. 

El curso se realizó en dos días organizado en cuatro sesiones y 11 ponencias que abordaron aspectos técnicos, socioeconómicos y políticos de la agroecología. Participaron ponentes de la academia, técnicos de ONGs y una sesión incluyó a una campesina de México y a un representante de una comunidad indígena en Guatemala. Por primera vez el curso y en el trabajo de SOCLA se abordaron cuestiones vinculadas a la agroecología y los derechos humanos.

Hubo participantes de 21 países entre ellos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, España, Francia y Suiza. Cada una de las sesiones fue acompañada por un promedio de entre 200 y 300 participantes. El curso completo de Agroecología puede seguirse aquí (https://www.youtube.com/watch?v=mJyfOQUKaiI

En nuestros días, el sostenimiento o la directa creación de sistemas ecoagroalimentarios promovidos por los avances científicos, los saberes populares, los aportes tecnológicos y la innovación social siguiendo los principios de la agroecología (ver aquí http://gepama.com.ar/wp-content/uploads/2021/07/AGROECOLOG%C3%8DA-y-SPG-Libro-PENGUE-W-GEPAMA-UBACYT-Julio-2021-final.pdf), realmente reflejan una búsqueda de alternativas viables a los estudios en la agricultura y la promoción y formación en novedosos caminos que nos lleven a una nueva agronomía. Una agronomía para el siglo XXI. 

El décimo Congreso se realizará en San Lorenzo, Asunción del Paraguay, dentro de dos años, en el corazón de América del Sur, al cuidado de la Universidad Nacional de Asunción fundada en 1889  y la tutela de su Facultad de Ciencias Agrarias junto a un nutrido grupo de actores sociales, organizaciones y entidades interesadas en la promoción de estos temas científicos y sociales.

Bibliografía

Pengue, W.A. (2021). PRINCIPIOS AGROECOLÓGICOS y SISTEMAS PARTICIPATIVOS DE GARANTÍAS: Una guía hacia la agricultura, la alimentación y el desarrollo rural sostenible – Colección ECONOMÍA ECOLÓGICA

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Wal­ter Pen­gue es In­ge­nie­ro Agró­no­mo, con for­ma­ción en Ge­né­ti­ca Ve­ge­tal. Es Más­ter en Po­lí­ti­cas Am­bien­ta­les y Te­rri­to­ria­les de la Uni­ver­si­dad de Bue­nos Ai­res. Doc­tor en Agroe­co­lo­gía por la Uni­ver­si­dad de Cór­do­ba, Es­pa­ña. Es Di­rec­tor del Gru­po de Eco­lo­gía del Pai­sa­je y Me­dio Am­bien­te de la Uni­ver­si­dad de Bue­nos Ai­res (GE­PA­MA). Pro­fe­sor Ti­tu­lar de Eco­no­mía Eco­ló­gi­ca, Uni­ver­si­dad Na­cio­nal de Ge­ne­ral Sar­mien­to. Es Miem­bro del Gru­po Eje­cu­ti­vo del TEEB Agri­cul­tu­re and Food de las Na­cio­nes Uni­das y miem­bro Cien­tí­fi­co del Re­por­te VI del IPCC.