Por: Mtro. Rodolfo Guerrero Martínez (México).
La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) ha transformado múltiples aspectos de la vida contemporánea, obligando al Poder Legislativo a reflexionar urgentemente sobre su aplicación y regulación.
En ese sentido, la IA ha dejado de ser un concepto teórico para convertirse en una fuerza que remodela la seguridad, la economía y la cultura. Por consiguiente, los parlamentos deben incorporar oportunamente herramientas modernas y adoptar estrategias digitales para fungir como garantes de la democracia del siglo XXI.
Oportunidades y aplicaciones para la eficiencia
En primer lugar, la IA ofrece oportunidades sustanciales para optimizar las funciones parlamentarias, ya que promete una mejora significativa en la productividad. Específicamente, la IA generativa (IAGen) puede acelerar tareas rutinarias como la elaboración de resúmenes de textos y la creación de registros de debates parlamentarios.
Además, los sistemas de IA tienen el potencial de agilizar los procesos legislativos y fomentar la transparencia. Por ejemplo, los algoritmos de IA pueden apoyar en la redacción de documentos legales, analizar proyectos legislativos para identificar interacciones con otras regulaciones, y ofrecer información predictiva sobre posibles impactos de las políticas.
Un caso concreto de esta eficiencia se evidenció en México, donde el uso de chatbots de IA generativa pudo reducir el tiempo de redacción de una iniciativa de ley de un día a aproximadamente una hora.
Para capitalizar estos beneficios, la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia (SFD) de la OEA ha impulsado la innovación parlamentaria, promoviendo que los procedimientos legislativos sean más estandarizados y fáciles de monitorear mediante el uso de IA.
El imperativo regulatorio y ético
No obstante, la IA no es una herramienta neutral. El riesgo del ejercicio cotidiano y burocrático del multilateralismo, que se enreda en discusiones y aleja del compromiso con la gente, debe ser contrarrestado por la innovación. De hecho, la regulación de la IA representa uno de los mayores retos legislativos de nuestra década, requiriendo un equilibrio entre fomentar la innovación y garantizar la protección de los derechos fundamentales.
Por esta razón, organismos internacionales han enfatizado la necesidad de una gobernanza ética basada en el respeto a los derechos humanos, la igualdad de género, la justicia social y la inclusión. Los principios éticos fundamentales para el desarrollo de sistemas de IA confiables incluyen:
(I) Rendición de cuentas y transparencia.
(II) Justicia, equidad y no discriminación, lo que implica abordar los sesgos en los datos y los algoritmos.
(III) Respeto a la dignidad humana y la privacidad.
Por consiguiente, la tendencia regulatoria global se enfoca en un enfoque basado en niveles de riesgo. A nivel regional, el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino) propuso una Ley Modelo sobre IA que clasifica los sistemas según su riesgo (inaceptable, alto, limitado y mínimo).
En México, la INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN Y ADICIONAN DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS EN MATERIA DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y TECNOLOGÍAS EMERGENTES, SUSCRITA POR EL DIPUTADO ERUVIEL ÁVILA VILLEGAS, busca establecer estos principios directamente en el texto fundamental, buscando garantizar que el uso de IA en funciones como la seguridad pública (prevención e investigación de delitos) y la simplificación administrativa observe un enfoque ético, de derechos humanos y no discriminatorio.
Desafíos operacionales y la necesidad de supervisión humana
Sin embargo, la complejidad y la velocidad del avance de la IA conllevan provocaciones, donde el ritmo vertiginoso del desarrollo tecnológico a menudo supera la capacidad de los marcos regulatorios. Además, los sistemas de IA generativa pueden producir alucinaciones (resultados incorrectos, engañosos o inventados).
Por ende, es crucial que los parlamentos:
(1) Promuevan la autonomía humana, utilizando la IA para complementar las capacidades humanas cognitivas de alto nivel en lugar de reemplazarlas. La supervisión humana es vital en todos los procesos y debe garantizar la fiabilidad y precisión de la IA.
(2) Experimenten con la IA generativa en un entorno de laboratorio seguro antes de implantar la tecnología de forma más generalizada.
(3) Refuercen la ciberseguridad, ya que los sistemas son más abiertos, lo cual aumenta el perfil de riesgo. Es necesario un enfoque integral de seguridad desde el diseño (security by design) en los sistemas de IA.
(4) Desarrollen capacidades, mediante la capacitación del personal y los parlamentarios para el uso responsable y ético de la IA.
Estrategias educativas para el ámbito parlamentario
En este sentido, las recomendaciones para el desarrollo de capacidades, dirigidas al personal parlamentario y los legisladores, se centran en un enfoque integral que aborda tanto las habilidades técnicas como las competencias críticas:
(I) Formación en competencias críticas y ética. Los programas de capacitación deben enfocarse en desarrollar habilidades de alfabetización crítica en IA y promover el uso responsable y ético. Esto incluye capacitar a los profesionales en competencias críticas como la ética, la adaptabilidad y el pensamiento estratégico, así como evaluar los retos éticos, técnicos y normativos de la integración de la tecnología. Las directrices internacionales instan a que la formación sea integral, inclusiva y con perspectiva de género, asegurando que los materiales se actualicen continuamente para enseñar el uso ético y responsable de la IA.
(II) Aplicación práctica legislativa. La capacitación debe orientarse a identificar cómo la IAG puede asistir al personal parlamentario en investigaciones y análisis legislativos, comprender los procesos de automatización en la elaboración de documentos jurídicos, y agilizar tareas. Esto incluye formación en la aplicación de la IAG en la argumentación jurídica y el estudio comparativo de las regulaciones sobre IAG en diversos países (véase: https://formacion.tirant.com/mx/nuevo-curso-en-aplicacion-practica-de-la-iag-en-el-ambito-legislativo-y-la-argumentacion-juridica/).
(III) Metodología y alcance. Se deben utilizar metodologías innovadoras como simulaciones y aprendizaje adaptativo. Es crucial establecer programas de formación continua, utilizando plataformas de aprendizaje online o a su propio ritmo, y capacitar a los operadores para que apliquen la tecnología con rigor y visión crítica.
En definitiva, la incorporación de la inteligencia artificial constituye un pilar fundamental para la transformación parlamentaria contemporánea. A partir de un enfoque estratégico integral, es imprescindible articular la modernización legislativa con una visión amplia y sofisticada respecto a las tecnologías de la información y comunicación.
De este modo, el desarrollo y la aplicación de la IA deben orientarse bajo parámetros éticos, de respeto a los derechos humanos y de no discriminación, lo que implica establecer una base constitucional robusta que sustente la regulación especializada futura.
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Rodolfo Guerrero es abogado por la Benemérita Universidad de Guadalajara y maestro en derecho con orientación en materia Constitucional y administrativo por la misma casa de estudios. Es Socio Fundador y Representante Legal de la Sociedad Civil Coffee Law “Dr. Jorge Fernández Ruiz”. Socio fundador de la Academia Mexicana de Derecho “Juan Velásquez” A.C. Titular de la Comisión de Legaltech del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México A.C. Capítulo Occidente. Vicepresidente de la Academia Mexicana
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