Por: Ca­mi­lo Cor­tés-Use­che (Co­lom­bia).

Diría que vine a esta reunión de pueblos de Iberoamérica tras recibir una cordial invitación desde México. Era una tarde calurosa de verano en nuestra casa blanca y  tan pronto como se armonizaron los colores claros y oscuros del día y la noche, me inspiré con el deseo que siempre tuve de dejar anécdotas, ideas y sentimientos en textos libres y auténticos.

Yo sabía que estaba ante una oportunidad única de seguir en la constante búsqueda de aprendizaje y comunicación. Así que esa misma noche empecé a recordar con los ojos abiertos algunos acontecimientos de vida, que incluían lo natural y lo humano en su total esplendor.

Habían trascurrido algunas horas entre sones y acordeones, podría decir que iban y venían frases resonantes y de repente encontré romances. Podría decir muchas cosas, y al final me quedé con eso que solo puedes plasmar si lo vives y lo sientes, poco para quienes no lo entienden.

Podría expresar que, durante estos tiempos, no he puesto frenos a las letras y veo muchos colores, recordaría los azules en mares tropicales, los amarillos sobre la costa, rojos intensos en las tardes y los grandiosos verdes que pintan bosques. Al final todo se reúne en la oportunidad de recordar y ser recordado.

Recordaría al océano. En una década donde el llamado es una revolución en la ciencia de los océanos, que desencadenará un cambio radical en la relación de la humanidad con el océano.

Reunirá a científicos, proveedores de recursos, gobiernos, empresas e industrias, fundaciones filantrópicas, organismos internacionales y muchas otras partes interesadas de diversos sectores para generar conocimientos científicos y desarrollar las asociaciones necesarias para apoyar un océano que funcione bien, sea productivo, resistente y sostenible. Ese es el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (ONU). Que más allá, de años, es el sentimiento preciso de conectar y comunicar responsablemente.

Cuatrocientos días después, recibiría atenta nota desde Guadalajara sobre esa remembranza que empecé a escribir esa noche veraniega. Hoy día doy gracias, y confirmo que el poder de las letras con sentimiento sirve de reacción contra la desinformación y lo común.

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Ca­mi­lo Cor­tés es bió­lo­go Ma­rino. Maes­tro en Ma­ne­jo de Eco­sis­te­mas Ma­ri­nos y Cos­te­ros, doc­tor y post doc­tor en Cien­cias Ma­ri­nas. Su in­ves­ti­ga­ción en el área de la eco­lo­gía ma­ri­na en la Re­pú­bli­ca Do­mi­ni­ca­na le va­lió el re­co­no­ci­mien­to del “Pre­mio Dr. Alon­so Fer­nán­dez Gon­zá­lez 2020” a las Me­jo­res Te­sis de Pos­gra­do del Cin­ves­tav en la Ca­te­go­ría Doc­to­ra­do. For­ma par­te del mo­vi­mien­to Wave of Chan­ge del Gru­po Ibe­ros­tar, como Coas­tal Health Re­gio­nal Ma­na­ger, don­de tra­ba­ja en la sa­lud Cos­te­ra en la re­gión Ca­ri­be, lle­van­do a cabo in­ves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca.