Por: Camilo Cortés-Useche, PhD (Colombia).

 

En la torre, el reloj marcaba las 3:34 pm. Era una tarde lluviosa después de un viento cargado de cúmulos de nubes, mismas que dejaron caer gotas gruesas sobre el rostro del nauta a la espera de su sentencia.

Después de revisar cada batería y escotilla del barco, los guardias reales quedaron atónitos, sin botín en manos y con las voces inquietantes del pueblo, no hubo más remedio que regresar al cuartel. No sin antes atender las peticiones del hombre: primero, liberar a sus bukaneros. Acto seguido, el comandante en jefe desterró a los tripulantes al sur de la Isla, una zona de humedales y pantanos turbios.

Asimismo, el hombre rogó resguardar el “Black cinnamon”, el bergantín de dos piezas fantásticas, con 37 cañones a bordo  y velas cuadras de color verdiblanco. Sin embargo, la decisión del virrey fue tajante: lastrar y olvidar aquel bergantín que navegó las aguas del Caribe. Rápidamente fue hundido en aguas de la bahía con toda su carga y cada ilusión de seguir surcando arrecifes de coral, playas arenosas, puertos mágicos y bosques de manglar.

Precisamente los manglares, ecosistemas que se encuentran en el límite entre la tierra y el mar, ayudan al bienestar, a la seguridad alimentaria y a la protección de las comunidades costeras de todo el mundo. Mantienen la biodiversidad y proporcionan un valioso hábitat de cría para peces y crustáceos.

También actúan como una forma de defensa costera natural contra las mareas de tormenta, huracanes, los tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión. Sus suelos son sumideros de carbono altamente eficaces, reteniendo grandes cantidades de carbono y gases contaminantes.

Sin embargo, según la UNESCO los manglares están desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que las pérdidas generales de bosques en el mundo, con graves impactos ecológicos y socioeconómicos.

Las estimaciones actuales indican que la extensión de los manglares se ha reducido a dos en los últimos 40 años.

Como una petición más a la vida en el mar, este 26 de julio se conmemora el Día Internacional de la Conservación del Ecosistema de Manglares. La intención de esta conmemoración es hacer conciencia sobre la conservación de los manglares como “un ecosistema único, especial y vulnerable”.

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Ca­mi­lo Cor­tés es bió­lo­go Ma­rino. Maes­tro en Ma­ne­jo de Eco­sis­te­mas Ma­ri­nos y Cos­te­ros, doc­tor y post doc­tor en Cien­cias Ma­ri­nas. Su in­ves­ti­ga­ción en el área de la eco­lo­gía ma­ri­na en la Re­pú­bli­ca Do­mi­ni­ca­na le va­lió el re­co­no­ci­mien­to del “Pre­mio Dr. Alon­so Fer­nán­dez Gon­zá­lez 2020” a las Me­jo­res Te­sis de Pos­gra­do del Cin­ves­tav en la Ca­te­go­ría Doc­to­ra­do. For­ma par­te del mo­vi­mien­to Wave of Chan­ge del Gru­po Ibe­ros­tar, como Coas­tal Health Re­gio­nal Ma­na­ger, don­de tra­ba­ja en la sa­lud Cos­te­ra en la re­gión Ca­ri­be, lle­van­do a cabo in­ves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca.