Por: Du­rruty de Alba (Mé­xi­co).

Y así nos dispusimos a aprender lo que la astronomía tiene que decirnos sobre el universo en el que vivimos nuestras vidas. Nuestra investigación no se limitará enteramente a esta única ciencia. Llamaremos a otras ciencias, la física, la química y la geología, así como a las ciencias más afines de la astrofísica y la cosmogonía, para ayudar, cuando puedan, a interpretar el mensaje de la astronomía observacional.

Sir James Jeans; The Universe Around Us, CUP, Cambridge, UK (1931), p. 15

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Aunque han llegado hasta nosotros textos de los pensadores griegos en los cuales manifiestan su curiosidad acerca del universo y uno de los más antiguos, el Timeo (circa 360 a.C.) de Platón ya cuestiona su existencia y temporalidad, así como si tuvo principio o ha existido siempre, dichas preguntas en el momento de su formulación sólo enriquecerían el corpus filosófico en tanto no existían los medios técnicos para investigarse desde el campo de la ciencia, si bien antigua en nuestra visión contemporánea, ya eran un intento de sistematizar el conocimiento acerca de la naturaleza como en su momento pretendió abarcar la totalidad quien es reconocido como el Filósofo, me refiero al estagirita Aristóteles.

   De ahí habríamos de esperar como humanidad hasta los albores de la ciencia moderna, cuando el canónigo Copérnico establece con su modelo heliocéntrico una forma para describir “el sistema del mundo” -para hablarlo en los términos de la época- y con ello posibilita la predicción más precisa de las posiciones de los planetas a simple vista,  de este personaje y su obra algo he comentado en la primera colaboración de esta columna (https://noticiasncc.com/plumas-ncc/08/27/plumas-ncc-copernico-en-pandemia/).

Foto: Durruty J. de Alba M

Hacia finales de la segunda década del siglo XX aparece la primera edición de un libro, The Universe Around Us (1929), en el cual el muy destacado físico e historiador de su disciplina Sir James Hopwood Jeans (1877-1946) presenta al público no especializado los avances de la naciente ciencia del universo, la cosmología, en la que él mismo hizo significativas aportaciones, como la idea y modelo del universo estacionario.

El ejemplar que tengo a la vista es una reimpresión de la segunda edición en la cual las actualizaciones incluyen las fotografías del recién descubierto planeta Plutón obtenidas en el Observatorio Lowell en las noches del 2 y 5 de marzo de 1930, las de su descubridor Clyde William Tombaugh (1906-1997) fueron tomadas el 23 y 29 de enero de 1930.

A la sobriedad editorial del ejemplar -el colofón nos informa que fue impreso por “W. Lewis, M.A.”- hemos de agregar la claridad expositiva de quien en 1922 recibió la Medalla de oro de la Royal Astronomical Society de Londres y en la introducción al mismo titulada “The Study of Astronomy” ofrece al lector un erudito y sentido recuento histórico de la ciencia de los cielos, comentando los entonces recientes avances de la ciencia del átomo y como “Las diversas ciencias ya no pueden ser tratadas como distintas; el descubrimiento científico avanza a lo largo de un frente continuo que se extiende ininterrumpidamente desde electrones de una fracción de millonésima de millonésima de pulgada de diámetro, hasta nebulosas cuyos diámetros se miden en cientos de miles de millones de millones de millas” (Op. Cit. p. 10).

  En los seis capítulos restantes los temas van desde “Explorando el Cielo”, “Explorando el Átomo”, “Explorando en el Tiempo” pasando por el propio universo y las estrellas hasta “Principios y Finales” y se describen los posibles fines tanto del propio universo como de la misma Tierra de acuerdo a los conocimientos de esos años, sin embargo nos dice: “Pero por la luz que tenemos, parece que discernimos que el mensaje principal de la astronomía es uno de esperanza para la raza y de responsabilidad para el individuo -de responsabilidad porque estamos dibujando planes y sentando las bases para un futuro más largo de lo que podemos imaginar” (Op.Cit. p. 354).

Foto: Durruty J. de Alba M

 

Del encanto de las librerías de viejo

En una de esas entrañables librerías de viejo (como decimos en México a donde expenden libros usados) en Guadalajara encontré uno de los volúmenes de la imprescindible colección del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) codirigida por el doctor Eli de Gortari (1918-1991), Samuel Ramos (1897-1959) y el padre de la astrofísica moderna mexicana el doctor Guillermo Haro Barraza (1913-1988), el número 11 cuyo título es La edad del universo (1958), grande fue mi sorpresa al descubrir en la guarda del ejemplar la anotación de que había pertenecido a la traductora del mismo, Gladys Edith María Sara Learn Rojas (1919-1998) quien fuera la primera esposa del doctor Haro.

El material que compone el volumen está integrado por seis ensayos originalmente presentados al concurso convocado por The British Journal for the Philosophy of Science (ver: https://www.jstor.org/stable/685713) seleccionados entre los 26 trabajos presentados, si bien en la publicación original todos los ensayos llevan el título de The Age of the Universe en la traducción al español los editores asignaron títulos diferentes a cada ensayo acordes al contenido de cada uno de ellos; los premios fueron asignados a Michael Scriven (U. de Minnesota), “La inexistencia de la nada”; J.T. Davies (King´s College de Londres), “Ni repulsión cósmica, ni creación continua”; además se otorgaron menciones honoríficas a Ernst J. Öpik (Observatorio Armagh  de Irlanda del Norte), “Ciclos irrepetibles de expansión y contracción” y a G.J. Whitrow (Imperial College de Londres), “Origen incomprobable y edad finita”.

A los ensayos anteriores los convocantes del premio agregaron en la publicación los de Richard Schlegel (Michigan State College), “El universo es atemporal” y de B. Abramenko (Mannheim), “Edad de la actual estructura del universo”. Entre los apéndices del libro aparece una tabla comparativa de varios modelos del universo.

Foto: Durruty J. de Alba M

De los textos técnicos a la divulgación

Quien se llevó la mitad del premio Nobel de Física en 2019, el nacido en Canadá (1935) James Peebles (https://www.nobelprize.org/prizes/physics/2019/peebles/facts/) en su faceta de profesor de posgrado publicó dentro de la prestigiosa Princeton Series in Physics el libro de texto para posgrado Principles of Physical Cosmology (1993, Princeton University Press), una exhaustiva revisión del tema dividida en tres partes: I. El desarrollo de la cosmología física, II. Relatividad general y cosmología y III. Tópicos en cosmología moderna en un total de 26 capítulos, para quien desee conocer de la ciencia del universo hasta la fecha de edición del libro es éste una lectura indispensable.

Una visión desde el campo cultural lo tenemos en el libro editado por los doctores Steven J. Dick (Historiador en jefe de la NASA) y Mark L. Lupisella (HST-NASA) cuyo título es Cosmos & Culture: Cultural Evolution in a Cosmic Context (2009, NASA) dividido también en tres partes: 1. El Contexto Cósmico, 2. Evolución Cultural y 3. Cosmos y Cultura con un total de 15 capítulos elaborados por especialistas de muy variados campos abordan las facetas físicas, biológicas y culturales de lo que llaman evolución cósmica. Para fortuna de los interesados el volumen es libremente descargable para diferentes plataformas en: https://www.nasa.gov/connect/ebooks/hist_culture_cosmos_detail.html

Finalmente en un esfuerzo desplegado en el seno de la Unión Astronómica Internacional se ha configurado la Network for Astronomy School Education (NASE) cuyos miembros han impartido cientos de cursos para profesores de educación básica y media superior alrededor del mundo (http://sac.csic.es/astrosecundaria/es/Presentacion.php), los materiales además de en el propio sitio web han sido editados en el manual 14 pasos hacia el Universo (2012, NASE); los interesados en organizar alguno pueden contactar con los embajadores NASE de su país o región.

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Durruty Jesús de Alba Martínez  es li­cen­cia­do en Fí­si­ca ads­cri­to al Ins­ti­tu­to de As­tro­no­mía y Me­teo­ro­lo­gía (IAM) de la Uni­ver­si­dad de Gua­da­la­ja­ra (UdeG), de­di­ca­do a la di­vul­ga­ción e his­to­ria de la cien­cia. Des­de 1990 es­cri­be so­bre di­chos te­mas en dis­tin­tos me­dios de co­mu­ni­ca­ción de Ja­lis­co, Mé­xi­co. Es miem­bro de la So­cie­dad Me­xi­ca­na de Fí­si­ca, The American Physical Society, la So­cie­dad Me­xi­ca­na de His­to­ria de la Cien­cia y la Tec­no­lo­gía, del De­par­ta­men­to de Es­tu­dios His­tó­ri­cos de la Ar­qui­dió­ce­sis de Gua­da­la­ja­ra y de la Red Me­xi­ca­na de Pe­rio­dis­tas de Cien­cia.