Alemania

Pocos lugares en Berlín, Alemania simbolizan con tanta fuerza lo que significó la división de la ciudad para sus habitantes en el día a día.

Nos referimos al Palacio de las Lágrimas, una frontera entre el Este y el Oeste en una de las arterias más importantes de la ciudad.

Este lugar presenció las dolorosas despedidas de familiares y amigos; ahí diariamente cientos de viajeros cruzaban en tren la frontera de la ciudad y cada despedida llevaba consigo la incertidumbre de una próxima vez. Contrario a eso, el edificio del Reichtag simboliza el triunfo de la unidad.

El 03 de octubre de 1990, casi un año después de la caída del Muro de Berlín, Alemania del Este y Alemania Occidental se convirtieron en un solo Estado Alemán; este momento histórico daría paso a un nuevo reto que aún hoy ocupa a los alemanes, pues pese a los evidentes progresos, la sociedad sigue luchando para borrar las diferencias que persisten entre el Este y el Oeste.

Entre tanto, una generación entera ha crecido con una Alemania unida a la cual no le preocupa la sombra de la división. Hoy en día es difícil reconocer dónde estaba dividida la ciudad, pero fragmentos restantes del Muro de Berlín dan testimonio de ese pasado.

La capital alemana se ha transformado en una metrópoli vibrante y multicultural consciente de su peso político e histórico.

Por: DW