Es viernes en Santiago Niltepec al sur del Estado de Oaxaca en México. Daiana Gallegos se arregla para salir a pasear y tomar algo con una amiga, ambas son muxes.
Personas nacidas con cuerpos masculinos, pero que no se identifican como hombres, asumen roles femeninos en su vida familiar e íntima y se visten como mujeres, pero tampoco se consideran como tales.
En la época precolombina los zapotecas consideraban a las muxes como el tercer género, ni hombres ni mujeres, tampoco son homosexuales, transexuales o travestis.
La ley en México todavía no contempla el tercer género y aunque la sociedad oaxaqueña las acepta y respeta, todavía falta mucho por hacer.
Las muxes son parte de la cultura zapoteca, asumen con dignidad el rol social que tienen desde hace cientos de años, la mayoría se dedica a cuidar a sus familias, a engalanar las fiestas, a vestir a las mujeres con sus propios diseños o hacer compañía a los hombres.
Su sueño es casarse con un hombre “heterosexual”, pero eso no es fácil, no todas las muxes se conforman con ese rol, y desde asociaciones como “las auténticas intrépidas buscadoras de peligros”, luchan por más derechos y por la libertad de asumir otras tareas. Para poder estudiar y optar a otro tipo de oficios primero tienen que cambiar de identidad y eso es un trámite costoso y largo.
“Las mujeres muxes, nos enfrentamos con una problemática sobre todo de estado, no tenemos acceso a la educación, (ya que) nosotras desde muy temprana edad nos identificamos con el género femenino, cambiamos nuestra vestimenta a los diez, doce años, por la ropa de mujer y en la currícula escolar del sistema educativo, nosotras no podemos acceder a una escuela secundaria vestidas como mujeres, por lo tanto disentimos de la escuela y nos dedicamos a oficios informales tradicionales como bordadoras, estilistas, tejedoras, trabajadoras sexuales, etcétera. Porque hay cierto techo de cristal que la misma sociedad no deja toquemos”. Expresó Daiana Gallegos. “Las velas”, son fiestas prehispánicas que se realizan en la región de Tehuantepec, en honor a los santos patronos.
Las muxes, se engalanan con sus coloridos trajes tradicionales y llegan de toda la región para celebrar su identidad junto a sus vecinos. Oaxaca es un ejemplo para el resto de México de aceptación y tolerancia de la diversidad sexual, Aunque en materia de igualdad de derechos Aún quede mucho por hacer. (DW)
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