Jalisco, México.
El problema de la desinformación es que aparece cuando tenemos la necesidad de saber o de aliviar incertidumbres y es cuando nos encontramos más indefensos, por lo tanto, es más fácil confiar en lo que leemos. Expertos de medios informativos analizaron en TVMORFOSIS la importancia de la verificación en un contexto de desinformación. La palabra infodemia ya existía antes de la pandemia, ¿cómo influyó en la pandemia?
“Este no era un término común y se vuelve una responsabilidad. En mayo del 2020 en el momento más alto de la pandemia, comenzamos a observar acontecimientos importantes. La gente atacaba al personal de salud y cuando sanitizaban los espacios públicos, las personas decían que se les inoculaba el virus”, resaltó Jenaro Villamil, presidente de SPR.
El encierro acentuó la ansiedad que se vivía por esta pandemia y junto con la desinformación derivó en actitudes violentas. “Ahora que estamos con esta variable ómicron, otra especie de efervescencia saltó. El miedo no ayuda a proteger, sino que genera un desprecio o ansiedad a los otros, por lo tanto, violento”, agregó el presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR).
El proceso de verificación de información en esta pandemia fue arduo. “A todos nos tomó por sorpresa la llegada de la pandemia, pero la secretaría de salud hizo algo bueno al concentrar la información en un portal sobre lo que necesitábamos saber tanto la gente como los periodistas”, resaltó Rafael Cabrera Hernández de Fact-checking Associated Press.
Facebook y WhatsApp, fueron de las principales redes que promovieron la desinformación, la venta de productos dañinos para la salud que según atacaban el virus. En WhatsApp se dieron cuenta que la desinformación ahí circulaba más que en otras redes sociales y la habilitación de “reenviado muchas veces fue una buena función para ayudar a verificar información”, agregó Rafael.
Estamos en una conjunción de pandemias “tremendamente complicadas, porque no solo es la pandemia de coronavirus y de la desinformación. La pandemia de coronavirus se podrá controlar, pero la desinformación parece más difícil”, dijo Emilio Sánchez Carlos, director general de la agencia de noticias EFE en México y Centroamérica.
Tenemos que pensar cuáles son los efectos que se tiene a nivel social y político y la manera que esto manipula las decisiones de las personas. Rafael cree que “las redes sociales contribuyen, pero también encontramos programas de comunicación que se suman a este tipo de manipulación”.
“Ahora nos dimos cuenta de que necesitábamos a los periodistas de ciencia”, fue lo que resaltó Daniela Mendoza Luna, de Verificado México. “No lo sabemos todo, pero lo que sabemos necesitamos comprenderlo porque el lenguaje científico es complicado. Los avances científicos se dan, pero lo que era comprobable hace unas semanas, puede cambiar ahora”.
El deseo de estar a salvo de muchas personas, hacía que esta información les pareciera razonable. “Encontramos todo un sistema de desinformación montado que hacía que ciertos productos hicieran creer a la gente que podían curar la COVID-19, como el dióxido de cloro”, agregó Daniela.
Pero algo que ella considera crucial es que “no sólo nos debemos enfocar en combatir a la desinformación, sino también ayudar a la gente a detectar la información falsa, darles herramientas”.
¿Quién gana con la infodemia?
En términos directos, las plataformas digitales. “Facebook tuvo un incremento del 33 por ciento de sus ingresos anuales. Facebook no es un medio de información, sino un medio publicitario y esa industria de atracción de compartir memes, videos, reflexiones y, por supuesto, mentiras: es una industria imparable”, dijo Jenaro Villamil.
La desinformación es un “tsunami” y los periodistas apenas “tenemos una tabla de surfear contra esto, porque a todos les parece cómo el consumo de este tipo de información: las personas prefieren 6 veces más consumir ese tipo de información que una confiable”, añadió.
Daniela recomendó que más allá de pensar en la información falsa, se deben atender las necesidades informativas de las personas. “Debemos analizar bien a nuestras audiencias para saber qué necesitan, no solo crear interacción. Vamos a buscar esas preguntas y dudas para no competir contra la desinformación”.
Por: Leslie Almanza / NCC Iberoamérica.
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