España.
El brote de gastroenteritis más importante registrado en España afectó a medio millar de personas en Tarazona y obligó a cerrar en verano las fuentes del Parque Central de Valencia.
El causante fue el Cryptosporidium, un parásito microscópico que suele encontrarse en aguas no tratadas y cuya propagación podría evitarse siguiendo controles rutinarios. Así lo manifiesta Juan Francisco Maestre, director de servicios de Global Omnium, grupo del que forma parte Gamaser, el único laboratorio privado acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) para el análisis de este protozoo.
“En algún momento, la operación o el sistema de desinfección no es el adecuado por cualquier tipo de fallo, y puede pasar del agua continental de agua bruta al agua potable. Entonces, ¿qué debería hacerse? Un control más rutinario. Sé que es una tecnología que no es económica, es ciertamente cara, pero puede que en ciertos casos, donde haya ciertos riesgos, se pueda hacer”, dijo Juan Francisco Maestre.
La responsable de desarrollo del Departamento de Microbiología del laboratorio, Guadalupe Sastre, explica el complejo proceso de análisis del microorganismo.
“En el caso de las aguas de consumo analizamos 100 litros de agua. Lo que hacemos es concentrar por filtración con unos cartuchos que tienen un tamaño de poro inferior al tamaño del Cryptosporidium, que es entre 4 y 6 micras”, explicó.
Después se pasa una etapa de inmunocaptura para finalmente visualizar el parásito con un microscopio gracias a la inmunofluorescencia, una identificación que permite conocer los niveles necesarios de desinfección tal y como apunta la responsable en innovación en el laboratorio Gamaser, Esther Méndez.
“Lo que hacemos es que mediante la técnica de identificación aquí en el laboratorio, poder identificar y saber si el parásito está presente o no, y si la desinfección tiene que ser más pronto de lo que tocaba ó digamos que con más cantidad de desinfectante para poder eliminar el parásito” detalló.
Una actuación necesaria para controlar el Cryptosporidium que, además de vómitos y diarreas, puede desencadenar cuadros más graves cuando afecta a las vías respiratorias en personas inmunodeprimidas.
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