Guadalajara, Jalisco.
El escritor Maruan Soto Antaki y el académico e investigador Arnoldo Kraus nos hablan de un libro muy particular en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, pues es a través de la literatura que se le habla a las generaciones más jóvenes sobre los conflictos entre naciones.
“Lo que hicimos mal los adultos”, este es el nombre del libro que intenta explicar a los niños y a los adolescentes por qué existen los conflictos armados en el mundo desde un lenguaje sensible y respetuoso.
Soto Antaki explica que el origen de este libro proviene de su interacción directa con este tipo de temas, pues según contó, en su casa existía un ambiente politizado que lo hizo consciente de la existencia de estas situaciones a temprana edad y al mudarse constantemente a sitios donde se vivía el conflicto.
“Se me explicó con una noción de responsabilidad. Me convertí en una persona que explica por qué no funciona el mundo, por qué hay conflictos. Cuando uno escribe a veces desde lo que le preocupa y este es uno de los grandes temas que terminaron preocupándome desde mi propia infancia”, dijo.
Es por esta razón que buscó la forma de contar qué es lo que ocurre en los países donde se nace y se crece en medio de un conflicto armado sin mermar la infancia de los más jóvenes.
“Se convierte en un problema cómo explicarle a los adolescentes y a los niños por qué ocurren ciertas cosas en el mundo como los conflictos o las guerras. No sólo se trata de una guerra que recién emerge como la guerra entre Rusia y Ucrania, sino de cosas que ocurren desde tiempo atrás y cosas que siempre están ocurriendo”.
Asimismo, hace énfasis en la necesidad de hablar sobre los conflictos pues la ausencia de ello, remite al olvido y al sufrimiento de las personas que los padecen. «Lo que alimenta las guerras son las indiferencias. Hasta ahora hablamos de Hamás e Israel, pero ocurren este mismo tipo de cosas en otros sitios de los que no se habla, y eso permite que los que hacen cosas malas sigan haciéndolas», apuntó,
Por otro lado, mencionó la importancia de proteger a los infantes menores de 10 años de la exposición de contenidos violentos implícitos. “No veo la necesidad de someter a un niño a esas cosas, cuando hay otros que por razones necesarias (como los que viven en medio del conflicto) tienen que saberlas”.
Es por eso, que vio en la literatura el vehículo adecuado para que los niños conozcan estas realidades, construyendo desde la ficción, espacios que le permitan contarlas.
“Que sea a través de la historia de una chica de Afganistán, Irak e Israel o niños soldados de Sudán que se pueda comunicar y comprender su historia con chicos de otros lugares”.
Según cuenta, actualmente existen en el mundo 110 conflictos armados y «todos estos conflictos están construidos por adultos» que no sólo terminan ahí, sino que también dejan una responsabilidad pendiente y tareas por atender en las generaciones más jóvenes como lo es el cambio climático, siendo esta una responsabilidad heredada “a los que vienen”.
“Mi madre tenía un dicho: ‘Si hay una obligación que a cierta edad se puede asumir, es la de apoyar a que los más jóvenes cometan menos errores’ y eso es lo que deberíamos hacer”, concluyó.
Por: Denisse Godínez / NCC Iberoamérica.
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