México.

Existe una creencia popular de que el arte es más emotivo que racional. Sin embargo, podemos afirmar que esto no es así. Actualmente, uno de los modelos más utilizados para la creación o producción artística es el proyecto.

Al igual que los proyectos de otras profesiones, los que hacemos en artes visuales deben incluir un planteamiento del problema, objetivos y metodología. Lo peculiar aquí es que en prácticamente todos los casos, uno de los pasos metodológicos finales es la aplicación de lo comprendido hacia la producción de obras de arte.

Existe una estrecha relación entre la teoría y la práctica o la investigación aplicada. Frecuentemente los artistas usamos teorías o conceptos de otras áreas como la filosofía, la sociología o incluso la psicología. También estamos al tanto de los principales hallazgos de la teoría del arte y la teoría de la imagen. Todo ello con el objetivo de generar nuevo arte.

En el año 2010 obtuve el apoyo a proyectos de arte contemporáneo por parte de MUNO, el No Museo en Zacatecas, coordinado por Plinio Ávila y Erick Nava. La pieza estaba propuesta por mí como consecuencia de los resultados obtenidos de mi investigación de Maestría en Artes Visuales.

Particularmente la obra tenía como sustento teórico la filosofía de Hans-georg Gadamer y su enfoque del arte como fiesta y juego. También se vinculaba con el concepto de escala aberrante acuñado por Michel Lafferty, el cual se refiere a las obras de arte hiperrealistas, cuya escala es menor o mayor al referente original, generando así en el espectador una especie de sensación de sorpresa o asombro.

La obra llevó por título «Condominios flotantes». Con ayuda de la Protección Civil y sin previo aviso fue montada en la Plaza 450 años en la ciudad de Zacatecas.

Con el equipo de MUNO inundamos el área con pipas de agua tratada para cubrir parcialmente una gran réplica miniatura de la ciudad. Mientras que algunos edificios flotaban en el aire colgando de globos rojos, evitando así la pequeña inundación, varios barcos de papel flotaban entre las casitas inundadas, invitando a niños, niñas y personas adultas a jugar con la obra, experimentando así un placer lúdico como acontecer estético y artístico en el espacio público.

Por: UAEH.