México.

Además de las inundaciones y graves daños materiales que dejó el paso del huracán John por México, el cual cobró la vida de 23 personas en el estado de Guerrero, ahora han aparecido problemas de salud entre la población como ansiedad, depresión y estrés.

Dos semanas después de la catástrofe, algunas calles de Acapulco se mantienen cubiertas de lodo, tierra, desechos sólidos, basura, así como con electrodomésticos y muebles que quedaron inservibles tras el paso del fenómeno. Pero, por ejemplo, en el caso de Erika Esperanza Chávez, a la pérdida de todo lo material se le sumó el golpe anímico y de salud que le ha afectado luego de la tragedia.

“Sí, es muy difícil, es estresante. Apenas me dio una crisis de ansiedad porque pierdes toda tu vida, tienes que volver a empezar. Ya hice una cita con una psicóloga en línea. Mi hermana es doctora, pero igual a ella no le pasó nada y a lo mejor no entienden el estrés que estás viviendo”, expresó.

En el caso de Blanca Fernández, otra damnificada, ver que la situación no evoluciona para volver a la normalidad, también le ha generado choques emocionales. Dice que será difícil poder salir adelante y olvidar lo ocurrido.

“No tenemos agua, nos han llevado la basura y pues son situaciones desesperantes porque también dónde está mi hijo está lleno de lodo y la maquinaria no se da basto para sacar tanto lodo. Así que al no tener agua para lavar aquí, mejor me voy a sacar lodo con él allá”, dijo.

El gobierno mexicano reportó por lo menos 236,636 afectados en el estado de Guerrero. Entre tanto, personal de la Secretaría del Bienestar Federal ha venido recorriendo las calles y visitando casas para comenzar con los censos de viviendas.