Madrid, España.

Desde que la primera ave evolucionó hace más de 150 millones de años, sus descendientes se han adaptado a todo tipo de condiciones ecológicas dando lugar a más de 10.000 especies en todo el mundo, tan diversas como los colibríes o las aves del paraíso.

Hoy, investigadores del Instituto Smithsonian, la Universidad de Copenhague, la BGI-Shenzen de China y la Universidad de California, junto a más de un centenar de instituciones de todo el mundo, publican en Nature el catálogo genético más completo de la diversidad de las aves, que recoge los genomas de 363 especies, 267 de ellas secuenciadas por primera vez.

Las especies estudiadas -desde aves muy extendidas y económicamente importantes como el pollo a otras menos conocidas como el gallo de Henderson, que vive sólo en una pequeña isla del océano Pacífico- suponen más del 92 % de las familias de aves del mundo.

Los datos del estudio, que han sido puestos a disposición de toda la comunidad científica de manera gratuita, permitirán avanzar en la investigación sobre la evolución de las aves y contribuirán a la conservación de las especies amenazadas.

El catálogo forma parte del proyecto Bird 10.000 Genomes (B10K), promovido por investigadores del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, el Instituto de Zoología de Kunming y el Instituto de Zoología de Beijing, la Universidad de Copenhague, la Universidad Rockefeller, BGI-Shenzen, la Universidad Curtin (Perth), el Instituto Médico Howard Hughes, el Imperial College de Londres y el Museo de Historia Natural de Dinamarca.

B10K, una iniciativa que pretende secuenciar y compartir el genoma de todas las aves del planeta, «es probablemente el proyecto más importante que se ha realizado en el estudio de las aves», asegura Gary Graves, conservador de aves del Museo Nacional de Historia Natural y uno de los siete promotores de la iniciativa.

Con ello, no sólo esperan «aprender sobre las relaciones filogenéticas entre las principales ramas del árbol de la vida de las aves», sino que proporcionan una enorme cantidad de datos comparativos para el estudio de la evolución de los vertebrados y de la vida, subraya.

La comparación de genomas entre las familias de aves permitirá a los investigadores de B10K y a otros explorar cómo se desarrollaron rasgos particulares en diferentes aves, así como comprender mejor la evolución a nivel molecular.

El objetivo principal de B10K es trazar un amplio árbol de la vida aviar que trace las relaciones genéticas entre todas las aves modernas, una información que no sólo revelará el pasado evolutivo de las aves, sino que será vital para los esfuerzos de conservación del futuro.

El catálogo publicado hoy ha sido realizado por más de 150 ornitólogos, biólogos moleculares e informáticos que reunieron información sobre más de 17 billones de pares de bases de ADN para la fase familiar del proyecto B10K.

Y aunque la secuenciación y el análisis comenzó en 2011, los datos proceden de «décadas de información recogida por científicos y por personal de colecciones que han recogido y preservado aves de todos los continentes», destaca Graves.

Cerca del 40 % de los genomas secuenciados se obtuvieron con muestras de tejido conservadas en los fondos del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian que Graves inició en 1986 y que desde entonces forma parte de la Iniciativa Global del Genoma del Smithsonian.

También contribuyeron al proyecto Michael Braun, zoólogo investigador del Museo Nacional de Historia Natural; Rebecca Dikow, que dirige el Laboratorio de Ciencia de Datos del Smithsonian, e investigadores del Zoológico Nacional y el Instituto de Biología de la Conservación del Smithsonian y el Instituto de Investigaciones Tropicales del Smithsonian en Panamá.

Con 363 genomas completos, B10K centrará sus esfuerzos en el siguiente nivel de clasificación de las aves, en el que pretenden secuenciar miles de genomas adicionales para representar cada uno de los aproximadamente 2.300 géneros de aves del mundo.

Por: EFE.