São Paulo, Brasil.
La telemedicina aún no logró consolidar un impacto positivo consistente, y si bien existen varios casos en que resulta de gran utilidad, en otros no ha sido efectiva.
Un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA) que incluyó a más de 17.000 pacientes internados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de Brasil, no demostró que la telemedicina redujera la duración de la estancia de los pacientes, ni las tasas de infección o de mortalidad intrahospitalaria.
La investigación —realizada por el Hospital Israelita Albert Einstein de São Paulo, con el Ministerio de Salud de Brasil y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en España— abarcó a 17.024 pacientes graves, mayores de 18 años, en 30 UCI de hospitales públicos de 17 estados de Brasil, entre junio de 2019 y julio de 2021.
Bajo la coordinación del médico intensivista Adriano José Pereira, del Hospital Albert Einstein, el estudio no aplicó la telemedicina en la mitad de las UCI, que continuaron con sus rutinas habituales. En tanto, en la otra mitad, se establecieron reuniones entre el equipo local y un intensivista a distancia para discutir la situación de los pacientes y definir los planes de tratamiento. El especialista también proporcionaba al equipo local pautas de tratamiento y realizaba sesiones virtuales mensuales para revisar los indicadores de calidad de la UCI.
Pese a esos aportes, la estancia media de los pacientes fue prácticamente igual en ambos grupos —unos ocho días—.
“La cuestión parece ser más compleja que simplemente colocar un intensivista a distancia para que se conecte diariamente con los equipos de las UCI”, dice a SciDev.Net Pereira, autor principal del estudio.
El factor humano
Según Pereira, entre las cuestiones que pueden influir, “una de las dificultades observadas es que los equipos de las UCI suelen trabajar con prácticas muy arraigadas y tienden a ser resistentes a seguir recomendaciones del médico intensivista a distancia”.
Para Felipe Cabral, coordinador médico de Salud Digital del Hospital Moinhos de Vento, en Rio Grande do Sul, quien no participó en el estudio del Einstein, el manejo de una UCI exige un amplio diálogo y un intenso intercambio de experiencias entre el médico intensivista y los demás miembros del equipo. “Si no hay confianza entre ellos, no habrá adherencia a las orientaciones, y estas no tendrán impacto en los pacientes”, señala a SciDev.Net.
Cabral, por ejemplo, formó parte de un relevamiento realizado en Brasil que evaluó el impacto de la telemedicina en 940 pacientes de UCI pediátricas entre diciembre de 2018 y julio de 2019. La intervención se llevó a cabo mediante telerondas entre el centro de comando y las UCI asistidas por telemedicina, y midió hasta qué punto se cumplían las recomendaciones del médico intensivista.
Los resultados verificaron que la telemedicina redujo la tasa de mortalidad hasta en 40 por ciento, con una correlación positiva entre la adherencia a las recomendaciones del médico a distancia y la reducción de la mortalidad en las UCI evaluadas.
“Esto sugiere que la telemedicina puede mejorar los resultados en las UCI pediátricas, especialmente en regiones con recursos de salud limitados”, agrega Cabral.
Otros datos
Otro estudio de 2016 en el que participó Cabral mostró que, en la atención primaria de salud, la telemedicina logró descentralizar los cuidados, facilitar el acceso de los usuarios y optimizar la atención, especialmente en las zonas rurales o remotas.
En la investigación, junto a su equipo implementaron ocho consultorios remotos de oftalmología en Rio Grande do Sul, Brasil, para evaluar si los médicos a distancia podían analizar la retina de los pacientes mediante fotos tomadas por enfermeras y llegar al mismo diagnóstico que un médico presencial.
“El 70 por ciento de los pacientes que tuvieron consultas con oftalmólogos a distancia no necesitaron un médico presencial. Con esto logramos reducir significativamente la lista de espera para consultas en esta área en el estado”, añade Cabral.
Ahora, los investigadores trabajan para llevar este tipo de atención especializada a otros estados del país. “Tenemos un proyecto con el Ministerio de Salud de Brasil en el cual cardiólogos, endocrinólogos y neurólogos [del Hospital Moinhos de Vento] atienden a distancia a pacientes en las unidades básicas de salud de Natal, en Rio Grande do Norte, junto con médicos generalistas presenciales”, detalla Cabral. “Esto nos permite no solo reducir la lista de espera, sino también capacitar a médicos locales en la primera línea de atención”, agrega.
Otras barreras
Para evaluar precisamente qué barreras existen para la implementación y consolidación del modelo de atención virtual en salud en América Latina, un estudio de expertos colombianos y panameños publicado en marzo en la revista Mhealth revisó artículos en español, portugués e inglés sobre telemedicina en la región.
De los 19 artículos publicados sobre el tema entre enero de 2020 a enero de 2023, las barreras identificadas se categorizaron en cinco temas: cuestiones tecnológicas y técnicas; ausencia de examen físico; percepciones negativas de los pacientes; percepciones negativas entre los profesionales de la salud; y obstáculos estructurales y asociados al sistema de salud.
Los principales obstáculos reportados fueron problemas de conectividad, falta de un examen físico completo, cuestiones de privacidad, alto riesgo de mala praxis médica y ausencia de regulación local.
“El análisis de las principales barreras y beneficios es fundamental para consolidar este modelo de atención y asegurar su expansión en la región. Esperamos que esta investigación arroje nuevas luces que incentiven nuevas investigaciones en este campo”, concluye la investigación.
Por: Rodrigo de Oliveira Andrade vía SciDev.Net América Latina y el Caribe.
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