Valencia, España. 

El día de hoy, durante la XII Asam­blea Ge­ne­ral Or­di­na­ria de la Aso­cia­ción de las Te­le­vi­sio­nes Edu­ca­ti­vas y Cul­tu­ra­les Ibe­roa­me­ri­ca­nas (ATEI), el académico mexicano y especialista en los estudios de recepción de los medios y alfabetización audiovisual, Guillermo Orozco habló de la producción audiovisual en canales públicos de televisión como modelo de negocio; de su funcionamiento en capacidad de producción y autonomía propia en relación con el gobierno o instituciones a las que pertenecen.

Dos grandes retos de los canales públicos de televisión.

Los canales públicos están enfrentados a dos luchas: la primera, es contra el sistema dominante de canales privados, pues estos además de tener mayores recursos, no tienen, a su vez, una obligación y responsabilidad constante de educar e informar como la tiene el canal público.

Y la segunda, es contra quienes los han originado. Estos pueden ser instituciones, gobiernos nacionales, locales…, a los que tienen que obedecer y respetar, lo cual desvía los intereses de la televisión pública a intereses privados y termina por debilitar la autonomía de la producción audiovisual.

El rating: ¿un indicador confiable de la televisión?

Guillermo Orozco afirma que el rating, si bien es un indicador que la producción audiovisual debe tomar en cuenta, no es la mejor medida, pues éste no revela lo que un canal público debería tener como foco de atención: el enrolamiento y engagement que tiene la audiencia con los productos concretos que ofrecen los canales públicos.  

Finalmente, el académico asegura que el futuro de un canal de televisión público depende de la creación de estrategias inteligentes y consistentes en relación con su público; asegurar la interactividad y la comunicación bidireccional entre medios y audiencias. 

«Los canales de televisión pública iberoamericana han desarrollado una gran  capacidad de producir, incluso hasta series y ficción, pero no han desarrollado consistentemente una relación y una interacción con sus audiencias más allá a una de ser connacionales, a los cuales hay que llevar cultura, alta cultura, y más que entretener, hay que educar e informar». 

Por: Redacción NCC