Los fósiles de los primeros pterosaurios siguen siendo muy difíciles de encontrar. Esto dificulta saber cómo surgió el vuelo de este grupo de reptiles por primera vez, ya que fueron los primeros vertebrados en surcar los cielos, o cuáles eran sus hábitos de alimentación a lo largo de su evolución.
Científicos de varias instituciones de Reino Unido han publicado en las revistas Nature y Nature Communication dos trabajos que aclaran estos aspectos a través del análisis del registro fósil conocido hasta el momento.
Jordan Bestwick, de la Universidad de Birmingham y autor principal del estudio sobre la dieta de estos icónicos reptiles alados, explica que, aún sin estar muy seguros de los procesos evolutivos y ecológicos que impulsaron los niveles de especialización en la dieta, su estudio aporta las primeras respuestas. Estos depredadores voladores vivieron durante el Mesozoico, entre 210 y 66 millones de años atrás, pero se sabe relativamente poco sobre su alimentación.
“Los animales no viven aislados dentro de sus ecosistemas, sino que interactúan con diferentes especies, algunas de las cuales consumen alimentos similares. En algunos casos, esto puede hacer que los animales exploten diferentes fuentes de alimentos para minimizar la competencia y así, a lo largo del tiempo evolutivo, especializar su dieta”, apunta el científico.
Este sería el caso del el caso del pterosaurio Istiodactylus que vivió hace unos 112 millones de años en el sur de Inglaterra y compartió los cielos con otras especies de su grupo. “El micro desgaste de los dientes de Istiodactylus indica que este pterosaurio pudo haber sido carnívoro, muy probablemente carroñero de cadáveres de dinosaurios, mientras que ningún otro pterosaurio de esa época muestra ninguna adaptación como carnívoro”, asegura Bestwick.
De esta forma, los investigadores consideran que los pterosaurios evolucionaron para comer una diversa gama de alimentos. Esta conducta define a su vez el papel que tuvieron dentro de sus diferentes ecosistemas.
Estudio de 17 géneros diferentes de pterosaurios
Los investigadores estudiaron los patrones que aparecían en los dientes fósiles de varios pterosaurios pertenecientes a 17 géneros diferentes. Al igual que los dientes dejan marcas en los alimentos mordidos, también lo que consumen puede dejar marcas en la dentadura.
“Las especies que estudié procedían en su mayoría del Reino Unido, Alemania, Brasil o China debido a la disponibilidad de especímenes que podía estudiar. Hice esta investigación para mi doctorado en la Universidad de Leicester y, por lo tanto, no pude (debido a limitaciones de tiempo y dinero) ir a todos los museos que tenían fósiles de pterosaurios”, declara el investigador.
El trabajo presenta un panorama variado. El Dimorfodon, por ejemplo, comía una mezcla de vertebrados, el Rhamphorhynchus comía pescado y el Austriadactylus invertebrados duros como escarabajos y crustáceos. Algunos pterosaurios se especializaban en una gama estrecha de presas, mientras que otros eran depredadores más generalistas.
“Si los animales viven en entornos altamente estacionales, con condiciones climáticas cambiantes, esto puede seleccionarlos para que tengan una dieta más variada. Un ejemplo sería el Pterodactylus, que vivió en el sur de Alemania hace unos 150 millones de años. En aquel entonces, en este lugar había una serie de lagunas y mares poco profundos sujetos a muchas tormentas tropicales. En este escenario, sería ventajoso para ellos tener dietas variables para aprovechar al máximo las últimas oportunidades de alimentación. Es lo esto que vemos en Pterodactylus, una dieta muy variada entre los individuos estudiados”, indica Bestwick.
Competían con las aves por la comida
Se cree que los pterosaurios ancestrales comían invertebrados, y luego evolucionaron hacia el consumo de pescado y carne. Los autores sugieren que esta transición puede deberse a la competencia con las aves, que comenzaron a diversificarse hacia el final del Mesozoico.
“El tema de si los pterosaurios y los pájaros competían por la comida es un tema muy debatido entre los paleontólogos. Algunos creen que la evolución de las aves fue una sentencia de muerte para estos reptiles —aunque coexistieron durante más de 70 millones de años—; otros creen que las aves simplemente influyeron en la evolución del pterosaurio de manera no catastrófica o que no tuvieron nada que ver entre sí y no compitieron en absoluto”, dice el investigador.
Los autores del trabajo consideran que es necesario seguir estudiando para saber si su hallazgo es solo una coincidencia o si realmente representa una tendencia en la que la evolución de las aves cambió la trayectoria de la evolución del pterosaurio.
Para Bestwick, como los primeros pájaros eran del tamaño de una paloma y malos voladores, “es más probable que estas aves se hayan alimentado de pequeños alimentos que podían atrapar fácilmente, como los insectos”.
¿Cómo echaron a volar los primeros vertebrados?
Un segundo estudio, liderado por la Universidad de Reading (Reino Unido), ayuda a resolver cómo los antepasados terrestres de los pterosaurios comenzaron a volar. Según sus resultados, el vuelo de estos reptiles se hizo más eficiente a medida que evolucionaron durante 150 millones de años.
Los científicos utilizaron nuevos métodos estadísticos, modelos biofísicos y conocimientos del registro fósil para demostrar que la selección natural actuó para aumentar la eficiencia de su vuelo de forma constante, desde su origen hasta su extinción.
“Esto implica que a lo largo de millones de años, los descendientes eran mejores voladores que sus antepasados. Esta es una demostración sorprendente y única de la idea de Darwin de descendencia modificada a medida que las especies mejoran en su entorno. ¡Me sorprendió ver una demostración tan clara!”, subraya Chris Venditti, autor principal del estudio que publica Nature.
Esto hizo que pasaran de ser voladores ineficaces al principio, con vuelos a distancias cortas, a animales capaces de volar largas distancias durante mucho tiempo. “Los pterosaurios mejoraron volando a un ritmo constante en el tiempo hasta su extinción. Sabemos que el rendimiento del vuelo aumentó por dos métricas: el coste del transporte y la tasa de hundimiento, es decir, lo rápido que desciende una criatura del cielo, además de por la morfología bruta (tamaño de las alas y del cuerpo)”, comenta.
Con el tiempo, los pterosaurios adquirieron alas más grandes de lo que esperado para su tamaño. La especies crecieron, pero sus alas aún más en proporción. Sin embargo, hay una excepción a este patrón: los azhdarchoides, que eran un grupo gigantesco de pterosaurios del Cretáceo (podían llegar a ser del tamaño de una jirafa) que incluían a Quetzlcoatlus y Tapejara. Los autores exponen que aunque podían volar, su rendimiento de vuelo no aumentó con el tiempo. Este hecho sugiere que la eficiencia del vuelo no era tan importante para ellos como para otros pterosaurios.
Reconstrucción artística de la vida de los azdárquidos gigantes. Grupo de Quetzalcoatlus northropi, alimentándose en una pradera de helechos cretáceos. Puede observarse a un Titanosaurio juvenil que ha sido capturado por uno de los Pterosaurios, mientras que los otros acechan a través de los matorrales en busca de pequeños vertebrados. /© Mark Witton
Por: SINC
- El Webb detecta CO2 y agua oxigenada en la luna más grande de Plutón - octubre 2, 2024
- Plumas NCC | La Inteligencia Artificial para la resolución de conflictos. Una visión al modelo de Minority Report - septiembre 30, 2024
- NCC Radio Ciencia –Emisión 278 – 30/09/2024 al 06/10/2024 –La 3ra Cumbre de Fauna Silvestre UNASAM resalta el cuidado del medio ambiente en México - septiembre 30, 2024