GinebraSuiza.

Para prepararse mejor ante los violentos fenómenos meteorológicos relacionados con el cambio climático, a partir de ahora, más que preguntarse qué tiempo hará será necesario saber qué va a provocar; según explicaron expertos en riesgos y prevención.

Se tiene que «avanzar hacia la instauración de servicios de predicción que tengan en cuenta los impactos» para que el foco de atención no sea «el tiempo que hará, sino las consecuencias que este tendrá; y ello permitirá a personas y empresas adoptar medidas tempranas en función de las alertas»; señala un informe realizado bajo la dirección de la Organización Meteorológica Mundial (OMM); dedicado a hacer que los sistemas de alerta avanzada sean más eficaces y puedan salvar más vidas.

«Los sistemas de alerta temprana son condición indispensable para la reducción efectiva de los riesgos de desastre y la adaptación al cambio climático. Estar preparados y ser capaces de reaccionar en el momento oportuno y en el lugar adecuado puede salvar muchas vidas y proteger los medios de subsistencia de las comunidades de todo el mundo»; insiste el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en el informe.

Sin embargo, queda mucho por hacer. «Sólo el 40% de los 138 miembros de la OMM cuentan con sistemas de alerta temprana multirriesgos. Esto significa que, a escala mundial, una persona de cada tres no tiene acceso a estar alertas tempranas». Actualmente, sólo 75 miembros de la organización (39%) declararon suministrar servicios de previsiones basados en los impactos.

Menos muertos, más daños

En estos últimos 50 años, el número de fallecidos registrados por cada catástrofe se he reducido en un tercio, pero el número de fenómenos meteorológicos violentos se ha multiplica por cinco y las pérdidas económicas por siete.

«Los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos –cuya frecuencia, intensidad y gravedad han aumentado a causa del cambio climático– afectan de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables. Y, a pesar de ello, una de cada tres personas todavía no está adecuadamente cubierta por sistemas de alerta temprana», advierte este documento, elaborado por 16 instituciones financieras y organizaciones internacionales.

En 2018, unos 108 millones de personas víctimas de tormentas, inundaciones, sequías o incendios, tuvieron que recurrir a la ayuda humanitaria internacional.

En 2030, el informe pronostica que podrían ser 50% más, por un coste de 20.000 millones de dólares al año.

Los países pobres, y especialmente el continente africano, son los que están menos preparados; aunque están convencidos de que los sistemas de alerta avanzada son de «máxima prioridad».

Pero, pese al avance tecnológico en la comunicación, la difusión de las alertas sigue estando poco adaptada en muchos países en desarrollo.

En África, si bien la capacidad es adecuada en términos de conocimiento de los riesgos y su predicción, «sólo 44 personas de cada 100 están cubiertas por sistemas de alerta temprana (en los países para los que se dispone de datos)».

Para intentar subsanar esta situación, los autores recomiendan invertir en estos sistemas de alerta avanzada, sobre todo en África, para que se pueda pasar rápidamente de la alerta a la acción, y también para controlar más los recursos y la eficacia de los sistemas ya existentes.

El informe muestra una docena de ejemplos donde los dispositivos de alerta temprana han permitido actuar más rápido, como en Bangladés. El sistema de alerta contra los ciclones ayudó a reducir el número de muertos y el impacto económico.

En Europa, la implementación de un sistema de información sobre los incendios forestales permitió evitar entre entre 300 y 442 millones de dólares de pérdidas económicas, por un coste de explotación de menos de dos millones de euros (2,3 millones de dólares).

Por: AFP